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los casos y que solo el 7% los errores eran comunicados a la

organización para su aprendizaje colectivo.

Cuando se habla de aprendizaje colectivo y corrección de

factores latentes (se refiere a características del paciente o del

sistema, que pueden contribuir a la producción de un incidente),

se está aplicando la metodología que publicó Reason en el año

1990 y posteriormente modificada por Vincent, es el famoso

modelo del

queso suizo para la seguridad del paciente.

Según éste, frente a los múltiples riesgos que existen en la prác-

tica clínica habitual y la real aparición de un incidente o evento

adverso, hay una serie de capas que nos protegen (capas protec-

toras o láminas del queso) e impiden la ocurrencia de un error

humano, el que habitualmente se designa como Error Activo.

Las capas protectoras presentan defectos (orificios del queso),

los que llamaremos factores latentes, que al alinearse favorecen

la aparición del incidente o evento adverso (24).

Así, al realizar un análisis del incidente lo hacemos separando

cada capa (el individuo, la tarea, el equipo humano, el lugar

de trabajo entre otros), para encontrar las eventuales solu-

ciones y aplicar mejoras a los problemas encontrados, el obje-

tivo final es el cambio hacia una cultura moderna de seguridad

del paciente, donde al contrario de preguntarnos “quien“ ha

cometido el error, preguntarnos “por qué“ ha cometido el error

y cambiar la actitud de silencio frente al resto, por miedo al

castigo, y alcancemos una cultura de aprendizaje colectivo, que

nos lleve al aprendizaje y soluciones sistemáticas, atacando los

factores latentes detectados en el análisis del incidente.

Hasta ahora, la mayoría de los esfuerzos para mejorar la segu-

ridad del paciente se han centrado en temas específicos como

por ejemplo la reducción de errores de medicación, problemas

de equipamiento, o disminución de las infecciones asociadas a

la atención en salud. Sin embargo para que estos esfuerzos se

generalicen es vital implantar una cultura de seguridad desde la

institución, desde toda la organización. Esto supone además, un

proceso de aprendizaje colectivo, desterrando el sentimiento de

culpa y adoptando un enfoque nuevo y distinto, centrado en el

SISTEMA y no en el individuo. El modelo de Reason anteriormente

expuesto, ha alcanzado gran difusión y los errores humanos

deben ser vistos como consecuencias y no como la causa.

LA IMPORTANCIA DEL FACTOR HUMANO

El rol que ejerce el comportamiento humano tanto en la

generación como en la resolución de incidentes, además

de la influencia directa de la cultura de la organización y el

entorno de trabajo en este comportamiento son aspectos a

considerar al abordar estrategias de enseñanza o implemen-

tación de medidas de mejora. El estudio del FACTOR HUMANO

(FH) engloba todos los factores del entorno, organización,

del trabajo y las características humanas e individuales que

influyen en el comportamiento en el trabajo y afectan a la

salud y la seguridad. Se entiende el FH en su forma indivi-

dual, es decir, en relación al sujeto en contacto directo con

el paciente, o bien en su forma colectiva, que abarca las rela-

ciones que se establecen en el equipo humano que trata al

paciente. Durante la gestión de las crisis como paradigma de

la necesidad de un trabajo en equipo de alto rendimiento,

distintas herramientas han demostrado evidencia en la

mejora de resultados del trabajo en equipo y la consiguiente

mejoría del resultado seguro en la atención al paciente (25).

Fue en los años 90 cuando, para hacer frente a estos desafíos,

GABA y colaboradores introdujeron el concepto de

gestión de

recursos en crisis en anestesia (ACRM),

que abordaba los

factores humanos en el pabellón quirúrgico. Estos esfuerzos

subrayan el beneficio de las estrategias de análisis y de inter-

vención específicos tanto individual como en el equipo de salud.

A medida que el concepto se extendió a diferentes ámbitos y

especialidades, solo se denominó CRM manejo de recursos en

crisis. La metodología de herramientas para el manejo de las

crisis o CRM(26), ofrece una estrategia dividida en 15 puntos

que pretenden estructurar los recursos para aplicar antes de

que sucedan las crisis o durante las mismas (tabla 5). Esta

herramienta incluye elementos materiales y humanos como la

clave para la seguridad, y atribuye a las personas actitudes y

habilidades, pero también reconoce sus limitaciones. Estos 15

puntos se pueden reagrupar en tres grandes objetivos, según

metodología usada por SENSAR (Sistema Español Notificación

en Seguridad Anestesia y Reanimación) (tabla 6).

TABLA 5. PUNTOS CLAVE DE MANEJO DE RECURSOS EN

CRISIS (CRM)

1. Conozca el ambiente

2. Anticipe y planifique

3. Pida ayuda precozmente

4. Ejercite el liderazgo y seguimiento al líder

5. Distribuya la carga de trabajo

6. Movilice todos los recursos disponibles

7. Comuníquese en forma efectiva

8. Utilice toda la información disponible

9. Prevenga y maneje errores de fijación

10. Efectúe chequeo cruzado o doble

11. Utilice ayudas cognitivas

12. Revalúe repetidamente

13. Utilice buen trabajo en equipo

14. Enfoque su “atención” sabiamente

15. Determine las prioridades dinámicamente

Ref. 26.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 785-795]