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organización es siempre un reto difícil y existen distintas

forma de potenciarla, incluyendo: valoraciones de la situa-

ción inicial, formación de equipos, fomento del liderazgo,

establecimiento de auditorías de seguridad o uso de sistemas

de registro de incidentes críticos (27,28).

Las organizaciones pueden tener distintos grados de

madurez de la cultura de seguridad y según el

Manchester

Patient Safety Framework

(MaPsaF) existen distintas fases de

desarrollo que responden a los siguientes modelos mentales

(35). (Tabla 7).

TABLA 7. FASES DE LA CULTURA DE SEGURIDAD,

MANCHESTER PATIENT SAFETY FRAMEWORK (35)

1.

Fase patológica: “¿a quién le importa la seguridad si no

nos pillan?”

2.

Fase reactiva: “hacemos algo cada vez que sucede un

evento adverso”

3.

Fase calculativa: “tenemos sistemas para manejo de

evento adverso ”

4.

Fase proactiva: “nos anticipamos a los problemas de

seguridad”

5.

Fase generativa: “tenemos un sistema centrado en la

seguridad”

LA ANESTESIOLOGÍA COMO MODELO DE SEGURIDAD

DEL PACIENTE

La técnica del incidente crítico (IC) se describió en 1954

como una herramienta de evaluación de la conducta humana

aplicada a la seguridad aérea, pero no fue hasta 1978 cuando

Cooper (36) desarrolló un método para estudiar los errores en

anestesia. Varios grupos adoptaron en Australia los métodos

de Cooper y en 1987 coordinaron el Estudio Australiano de

Monitorización de Incidentes (AIMS) (37), que fue el primer

programa nacional de comunicación de incidentes críticos en

anestesia. En el año 2000 se publicó en la prestigiosa revista

British Medical Journal

“La Anestesiología como modelo de

seguridad del paciente”. Esto se debe a la amplia gama de

estrategias para minimizar el error humano y el riesgo para los

pacientes en la práctica de la anestesia, lo cual la convierte en

un modelo para otras especialidades. Importantes estudios

epidemiológicos en anestesia muestran que en esta especia-

lidad se da un interesante ejemplo de mejora en la seguridad

del paciente (36), con una disminución de 100 veces la tasa

de mortalidad anestésica, motivo por el cual se cita a menudo

como la única especialidad en la atención sanitaria que ha

alcanzado la ¨tasa de defecto sigma 6 o six sigma¨ (39), que se

utiliza para describir un proceso libre de defectos 99.99966%

(3,4 defectos por millón) y a menudo se ve como el objetivo a

conseguir en cualquier proceso de fabricación o en la indus-

tria del transporte. Similar tendencia se ha producido en la

morbilidad anestésica. Dentro de la estrategia de Gestión de

Riesgos desarrollada por la especialidad (40), algunas de las

causas que destacan para esta disminución de la mortalidad

y morbilidad:

1. La eliminación del peligro:

Reemplazo de fármacos

peligrosos por otros más seguros (halotano por otros menos

hepatotóxicos), sustituir la anestesia general por técnicas

neuroaxiales en la práctica obstétrica para limitar el riesgo

de broncoaspiración, sistemas de bloqueo o no intercambia-

bles en las máquinas de anestesia, que impiden la entrega de

mezclas de gases hipóxicas o errores de conexión de gases,

jeringas precargadas de fármacos de alto riesgo.

2. Tecnología avanzada en seguridad:

Como la oximetría

de pulso, la capnografía o el índice biespectral.

3. Sistemas de vigilancia/alarmas:

Incorporados a los

dispositivos de monitorización y monitorización portátil y

etiquetados de color para las jeringas.

4. Programas de entrenamiento específico:

Para exponer

al anestesiólogo a la gestión de crisis de acontecimientos

raros, pero, potencialmente mortales como la gestión de la

vía aérea difícil.

5. Sistemas de protección personal directa al paciente:

Cierre de los párpados, bloqueo de la mordida para evitar

lesiones en la lengua o del tubo endotraqueal y protección

contra complicaciones tales como las úlceras por presión o

lesiones nerviosas.

CÓMO SE GENERA UN CAMBIO: CRUZANDO LA BRECHA

Cambiar la cultura de seguridad de las organizaciones sanita-

rias es un reto complejo (41) que requiere evitar el adoctrina-

miento y las recetas conductuales. Las teorías del aprendizaje

adulto sobre andragogía han demostrado que no se trata de

decirle al profesional lo que debe hacer, sino de implicarlo

en el cambio a través del aprendizaje experiencial. Por ese

motivo la utilización de incidentes reales recopilados a partir

de un sistema de notificación de incidentes críticos, tienen

un valor significativo en ese aprendizaje, especialmente

cuando esa experiencia se da en un entorno cercano, real e

identificado por el profesional como propio. En este proceso

el profesional es el protagonista. Los pasos necesarios para

el cambio incluyen el diagnóstico inicial de la situación, la

identificación de motivaciones y de los distintos actores que

pueden permitir el cambio o impedirlo, los recursos disponi-

bles y necesarios y por último las consecuencias del mismo.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 785-795]