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lina y mejora la potencia muscular, todos estos factores que
pueden mejorar la “reserva fisiológica” del paciente y faci-
litar su recuperación. Si la actividad física se realiza en forma
habitual, los distintos sistemas del organismo, cardiovascular,
respiratorio, muscular, neurológico y endocrino se adaptan,
permitiendo una anticipación y compensación más eficiente
frente a un stress físico.
La capacidad de adaptación al stress físico y la preservación
de la reserva fisiológica individual son los conceptos rele-
vantes en los que se basa la prehabilitación: en el período
postoperatorio se produce una disminución en la capacidad
funcional, dado por el trauma quirúrgico, la inflamación, el
reposo en cama, la inactividad y la patología de base propia-
mente tal, como en el caso del cáncer. Los programas de
prehabilitación buscan posicionar al paciente en un mejor
estado físico y mental inicial, para que su funcionalidad no
caiga por debajo del nivel límite mínimo.
La primera revisión sistemática y con buena metodología
sobre los efectos del ejercicio preoperatorio en las compli-
caciones postoperatorias y estadía hospitalaria fue publi-
cada en 2011 e incluía 12 estudios (35): si bien algunos
trabajos demostraron una correlación positiva, con altas más
precoces y menor incidencia de complicaciones en el grupo
de pacientes que realizaron ejercicio preoperatorio, estos
resultados no fueron concluyentes en todos los estudios.
Esto dio luces a que, si bien mejorar la capacidad física de los
pacientes es positivo, no lo es todo, y se comenzaron a inves-
tigar otros factores que podían influir también en una mejor
recuperación postoperatoria.
Un reciente estudio randomizado controlado (36) incor-
pora el concepto de “prehabilitación multimodal”, con un
programa de actividad física moderada, complementado con
educación nutricional, suplementación proteica, y estrate-
gias para reducción de ansiedad y stress: muestra que más
del 80% de los pacientes con cáncer sometidos a cirugía de
resección colorrectal fueron capaces de volver a su capacidad
funcional preoperatoria en un lapso de 8 semanas, compa-
rado con un 40% en el grupo control, que no recibió este
programa de prehabilitación multimodal.
Carli y cols (37) sugieren la realización de actividad física
moderada a vigorosa, apropiada a la realidad de cada indi-
viduo, y de no más de 30 minutos diarios, separados en
períodos de 10 minutos cada uno, para que resulte entre-
tenida y practicable por los pacientes. Debe considerar el
punto de partida de cada individuo, ya que debe significar
una actividad física adicional a la que realiza el paciente en
forma habitual.
Paralelamente recomiendan un aporte proteico de 1.2 a 1.5
gramos de proteína/kg, agregando un factor de 1.3 gramos/kg
para cirugía mayor. La ingesta de fórmulas nutricionales que
contienen arginina o aceite de pescado también se asocian
a menor tasa de infecciones postoperatorias y otras compli-
caciones. Por último, su programa incluye estrategias para
minimizar el stress y mejorar la entrega de información al
paciente.
A modo de resumen, se podría decir que la recuperación
postoperatoria es un fenómeno complejo, por lo que debe
ser abordado desde el preoperatorio y en la medida que la
población envejece y la mortalidad disminuye, los esfuerzos
en Medicina Perioperatoria deben estar enfocados en la recu-
peración de la calidad de vida, la reintegración a la comu-
nidad y en la recuperación del status físico y mental previos
del paciente. Hasta el momento, los pacientes que más se
beneficiarían que este tipo de programas de prehabilita-
ción son aquellos sometidos a cirugía colorrectal y urológica
(36,38).
En el futuro se deben desarrollar, evaluar e implementar
nuevos programas de prehabilitación multidisciplinaria, que
incluyan un adecuado análisis de riesgo y comprendan la
importancia del balance físico, nutricional y psicosocial del
paciente en el postoperatorio.
“FRAGILIDAD”
Fragilidad se define como el estado de vulnerabilidad, con
una reducida reserva fisiológica, que afecta la capacidad de
mantener o recuperar la homeostasis cuando se es some-
tido a factores estresores, como la cirugía. Esta condición
de mayor fragilidad expone al paciente a un peor
outcome
postoperatorio. La identificación de las características clínicas
de la fragilidad ha sido tema de varias reuniones de expertos;
abarca un concepto más amplio que la salud cardiovas-
cular, ya que incluye disminución de la fuerza, sensación de
cansancio, pérdida de peso involuntaria, enlentecimiento
e inactividad, a lo que se añade el aislamiento social y las
condiciones comórbidas, como el deterioro cognitivo y la
depresión.
En este contexto, es imperativo identificar a los pacientes de
mayor riesgo, y asegurar que el proceso de toma de deci-
siones en relación con la cirugía está centrado en él. Estu-
dios recientes indican que la fragilidad es un indicador más
poderoso para predecir una mayor morbimortalidad perio-
peratoria, comparado con las herramientas clásicas, como la
edad, la comorbilidad asociada y la clasificación de ASA (38).
Este índice consta de un cuestionario de 14 preguntas que
responde el paciente, con una puntuación que va a 0 a 81.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 661-670]