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CARACTERÍSTICAS DEL MODELO QUIRÚRGICO
AMBULATORIO
Se han descrito múltiples ventajas asociadas a este modelo,
entre otras está el que se logra una mejor programación y
planificación de las tablas quirúrgicas, dado que se trata de
cirugías que permiten una mejor utilización del pabellón
(10). La evidencia actual sugiere que los pacientes pueden
retornar precozmente a sus actividades habituales y mani-
fiestan preferencia para ser intervenidos de esta manera,
porque les permite un menor tiempo de separación de su
entorno habitual, lo que es muy beneficioso especialmente
en grupos de pacientes pediátricos y ancianos (11-13).
Lo más destacado es que la CMA es un modelo de gestión
costo–efectivo, lo cual permite disminuir transversalmente
los costos en salud, manteniendo la calidad de atención
y la seguridad para los pacientes. Esta ha sido la causa de
su implementación definitiva en muchos lugares, indepen-
dientemente de si se trata de Salud Pública o Privada (11).
Sin embargo, probablemente más importante aún que el
control de costos, lo más significativo sea el hecho de que
los pacientes no necesitan esperar la disponibilidad de una
cama para poder operarse, por lo tanto se operan cuando lo
necesitan, evitándose complicaciones derivadas de la poster-
gación de la cirugía, lo que resulta además en un importante
impacto sobre las listas de espera quirúrgicas, porque ofrece
a los pacientes efectiva oportunidad de atención.
Uno de los argumentos que ha dificultado el iniciar
programas de este tipo tiene que ver con los eventuales
riesgos o complicaciones que podrían ocurrir al regresar los
pacientes a su casa el mismo día de la cirugía. Existe nume-
rosa evidencia que demuestra que, cuando la CMA se realiza
de la manera apropiada, no existe diferencia entre ésta y
Cirugía con Hospitalización respecto a la seguridad de los
pacientes. Ya en 1993 Warner demostró que realizar CMA no
implica mayor riesgo que la cirugía con ingreso, encontrando
incluso que en el grupo sometido a cirugía con alta en el día
había menor morbilidad y complicaciones que en el grupo
control, que se operaron de lo mismo, pero que sí ocuparon
la cama del hospital (14).
Es importante señalar que un paciente de cirugía ambula-
toria, como parte del proceso de atención quirúrgico, debe
ingresar a un programa específico, donde se le evalúa antes
de la operación, se le educa en relación a su cirugía (inclu-
yendo indicaciones preoperatorias) y a su postoperatorio en
domicilio. Esto permite una mejor adaptación a todo su perio-
peratorio y evita suspensiones y cancelaciones de procedi-
mientos. Luego de operarse, y cuando cumple determinados
criterios de recuperación, es dado de alta, pero continúa
bajo vigilancia por el mismo equipo de la UCMA, realizán-
dose un seguimiento postoperatorio a cargo de la misma
Unidad, habitualmente vía telefónica. Deben existir además
protocolos de acción en caso que el paciente presente alguna
complicación u otra situación médica en domicilio (2,15).
Por todo lo anterior, debe entenderse a la CMA como un
modelo formal y estructurado, diferente a un alta precoz, en
que algunos pacientes son dados de alta por sus tratantes el
mismo día de la cirugía cuando han tenido un post-opera-
torio favorable. En estos casos no se cumple un proceso de
atención quirúrgico ambulatorio propiamente tal.
No todos los pacientes son candidatos a operarse en forma
ambulatoria ni toda cirugía es posible de ser realizada bajo
esta modalidad. Un adecuado programa de CMA debe incluir
criterios de inclusión y exclusión, tomando en cuenta las
características del lugar y la experiencia del equipo tratante.
Canadá
83%
EE.UU.
83%
Dinamarca
79%
Australia
74%
Países Bajos
65%
España
58%
TABLA 1A. PORCENTAJE DE CIRUGÍA ELECTIVA
REALIZADA EN FORMA AMBULATORIA EN DISTINTOS
PAÍSES
Cataratas
99%
Hernia abdominal
84%
Hemorroides
95%
Fimosis
88%
Colecistectomías
57%
Adenoidecomía
56%
TABLA 1B. TIPOS DE CIRUGÍA Y PORCENTAJE DE
AMBULATORIZACIÓN.
EE.UU.2003
America Leads the Way In Outpatient Procedures FASA:
http://www.ascassociation.org/docs/americaleadstheway.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 682-690]