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otros. Según la literatura (4) los trastornos psiquiátricos más
comúnmente evaluados en las unidades de pacientes críticos
fueron el trastorno de estrés postraumático y la depresión
mayor. La prevalencia puntual de síntomas de trastorno de
estrés postraumático clínicamente significativos varió de 10
a 28%. La prevalencia de síntomas depresivos clínicamente
significativos osciló entre el 7 y el 13%. Los síntomas psiquiá-
tricos de aparición precoz durante la hospitalización resultaron
predictores importantes de morbilidad psiquiátrica poste-
rior, por lo que resulta fundamental detectarlos y manejarlos
tempranamente.
Existe evidencia de que el presentar problemas psiquiátricos y/o
del desarrollo, previos a la hospitalización, así como, la presencia
de psicopatología parental se asocia a mayor vulnerabilidad de
desarrollar otros cuadros psiquiátricos posterior a la enfermedad
médica, la edad y el sexo de los pacientes no aumentan esta
vulnerabilidad. La mayor exposición a procedimientos y a situa-
ciones traumáticas, como la gravedad del cuadro y las secuelas
posteriores también fueron predictores de enfermedad psiquiá-
trica en algunos estudios (5).
Resulta fundamental el acompañamiento, cuando a pesar de
los esfuerzos realizados por todos los involucrados, los resul-
tados no son los esperados, donde los pacientes pueden
quedar con secuelas permanentes o incluso presentar desen-
laces fatales. Esta es una situación que genera gran frustración
y desesperanza para los involucrados, momento en el cual se
hace necesario lograr la calma y replantear los objetivos de
manera realista, es importante manejar adecuadamente la
angustia tanto desde el punto de vista farmacológico como
psicoterapéutico, para reducir el impacto de la crisis y lograr
visualizar los nuevos objetivos. Cuando las secuelas resultan
permanentes, es fundamental el adecuado manejo emocional,
que puede interferir negativamente en la toma de decisiones
tanto de padres, como en ocasiones del propio equipo de
salud.
El replantear los objetivos tanto desde el punto de vista médico
como psiquiátrico implica una nueva alianza que contemple
opiniones de los diferentes especialistas, deseos de la familia y
del paciente. En este momento es necesario el trabajo de acep-
tación, explorando miedos y fantasías respecto al futuro.
La forma en que se entregue la información a los pacientes debe
ser conversada con los padres y se debe respetar los deseos de
los pacientes, una buena pregunta a realizar es “¿cuánto deseas
saber o con que nivel de profundidad?”; con lo que podemos
acercarnos al mejor modo de entregar la información, debe ser
planteada de manera empática y tranquila, respondiendo todas
las preguntas y dejando abierta la posibilidad de que sigan
apareciendo dudas que serán respondidas a futuro.
El médico tratante en presencia de la familia, consideramos que
es la mejor forma de entregar la información a los pacientes.
Previo a eso, debe ser entregada a los padres para que tengan
la posibilidad de elaborarla, con lo que evitamos posibles
desbordes emocionales frente al paciente.
La participación del psiquiatra debería quedar para un segundo
momento o para situaciones en las que el equipo considere
necesaria, especialmente cuando la sintomatología psiquiátrica
del paciente o sus padres es de gravedad.
Cada vez más, en los hospitales generales, se considera a los
equipos de psiquiatría y salud mental como necesarios en la
configuración y fiato de equipos multidisciplinarios para pato-
logía de alta complejidad.
Sabemos que los síntomas psiquiátricos y enfermedades
médicas se relacionan bidireccionalemne, muchos cuadros
médicos producen síntomas psiquiátricos y la patología de salud
mental interfiere negativamente en los pronósticos y la imple-
mentación de planes de tratamiento en paciente con patologías
médico quirúrgicas (6).
Las intervenciones psiquiátricas en unidades de cuidados
intensivos ocurren simultáneamente en diferentes niveles, con
los pacientes, sus familias y los miembros del equipo tratante
de la unidad de pacientes críticos, lo que resulta desafiante y
complejo (7).
Los pacientes con patologías médicas crónicas no transmi-
sibles experimentan altas tasa de trastornos ansiosos, del
ánimo, conductuales y riesgo suicida. Es frecuente la soma-
tización en pacientes críticos, especialmente en los que
presentan altos niveles de angustia, no resulta fácil el diag-
nóstico diferencial, por lo que la discusión entre los dife-
rentes especialistas, en reuniones de equipos ayuda a realizar
abordajes en común, minimizando riesgos y optimizando
diagnósticos, exámenes, procedimientos y tratamientos. Al
realizar abordajes planificados y en equipo se logra reducir el
número de exámenes y manejar de mejor manera la angustia
del paciente y familias.
La morbilidad psiquiátrica parece ser un problema importante
para los supervivientes de enfermedades críticas pediátricas
(8,9). La investigación futura debería incluir una evaluación más
profunda de sintomatología psiquiátrica y de funcionamiento
familiar en pacientes críticos, es fundamental realizar diagnós-
ticos e intervenciones tempranas en pacientes de riesgo, en
especial aquellos en que existen factores predisponentes y en
los que requieren gran cantidad de intervenciones/procedi-
mientos y en los que la duración de las intervenciones se alarga
o complica.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(6) 932-943]