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lo impredecible y no necesariamente se cumplirá el supuesto
que develar un diagnóstico sombrío siempre complicará la
evolución y dificultará la adherencia al tratamiento que se
proponga.
Un aspecto no menos importante se refiere a los temores que
muchas veces están presentes en los médicos para comunicar
el diagnóstico: temor al dolor que se pueda provocar, temor
al fracaso terapéutico cuando se han agotado los recursos y
medidas ordinarias de terapia, temores legales derivados de
la creciente judicialización de la medicina y demandas contra
el personal sanitario y temores de expresar emociones y senti-
mientos que se supone puedan debilitar la imagen del médico
ante el paciente y su familia.
CONCLUSIONES
El médico en su ejercicio clínico busca acercarse lo más posible
al diagnóstico de certeza y tiene la responsabilidad de comu-
nicárselo al paciente, sin faltar a la verdad. Cualquier diagnós-
tico que implique consecuencias inmediatas o mediatas que
afecten la funcionalidad, calidad de vida o que se traduzca en
limitaciones importantes y más aun si el pronóstico es fatal,
tendrá un impacto emocional en el paciente. Los atributos
del médico y las características del paciente interactuarán
para facilitar o complicar los efectos de la comunicación de la
mala noticia. Es deber del médico conocer lo mejor posible al
paciente y su circunstancia para no generar un acto iatrogénico,
sino que junto con entregar la verdad de la enfermedad y sus
consecuencias, animar al paciente a que si aun no lo tiene, le
encuentre un sentido al posible sufrimiento que le provocará la
patología. La responsabilidad y humanidad del médico pueden
transformar la comunicación de un diagnóstico complicado en
una instancia de reflexión y profundización sobre el sentido de
la existencia para cada paciente. Se debe estar preparado para
apoyar al paciente y su familia en esta etapa de la enfermedad
y brindarle todos los cuidados que requiera. Por último no hay
que olvidar que así como se debe respetar por sobre todas
las cosas la vida, también debe existir un respeto total por la
muerte y el diagnóstico es una parte más en este proceso.
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El autor declara no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.
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