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92

R. García

Fuster

/ Cir Cardiov. 2016;

23(2)

:91–97

Introducción

El documento de consenso recientemente publicado por los Gru-

pos

de

Trabajo

en

Cirugía

Cardiovascular

y

Valvulopatías

de

la

Sociedad

Europea

de

Cardiología

realiza

una

puesta

al

día

sobre

el manejo de

los pacientes

con

insuficiencia mitral

1

.

En el mundo occidental,

la prevalencia de

la

insuficiencia mitral

se encuentra en

torno al 2% en

la población general y es

incluso más

frecuente en ancianos.

Respecto a esta patología valvular deben considerarse 2 grandes

grupos:

la

insuficiencia mitral orgánica

(o primaria)

y

la

funcional

(o

secundaria).

La

primera

suele

ser

consecuencia

de

una

enfer-

medad degenerativa y el paciente puede permanecer asintomático

durante muchos

a˜nos.

Tradicionalmente,

la

cirugía

se

ha

diferido

hasta

la

aparición

de

síntomas

o

evidencias

de

descompensación

hemodinámica. Pero actualmente,

los algoritmos de

tratamiento se

han modificado debido a

los

resultados excelentes de

la

reparación

mitral. Se prefiere

realizar una estratificación del

riesgo y una ciru-

gía temprana cuando

las probabilidades de reparación duradera son

altas y el procedimiento quirúrgico

se

realiza por un equipo expe-

rimentado

con

altas

tasas

de

reparación

y

baja morbimortalidad

operatoria

2

.

Por

otra

parte,

la

insuficiencia mitral

secundaria

tiene

un

peor

pronóstico y sus opciones de

tratamiento son más complejas. Entre

estas alternativas

terapéuticas

se encuentra el

tratamiento médico

óptimo,

el marcapasos

biventricular,

la

cirugía

valvular

(con

o

sin

revascularización), el empleo de asistencias ventriculares o el

tras-

plante

cardíaco.

La

cirugía

es más

compleja

y

con unos

resultados

inferiores que

la desarrollada en

la

insuficiencia mitral primaria. A

esto hay que sumar el hecho de que

la selección de

la técnica quirúr-

gica más

adecuada

no

está

soportada

por

una

evidencia

científica

de peso.

En

los últimos a˜nos han aparecido diversos procedimientos per-

cutáneos para el tratamiento de ambos tipos de

insuficienciamitral.

El más

utilizado

es

el mitra-clip,

que

ha

ofrecido

unos

resultados

prometedores en grandes

registros y en peque˜nos estudios aleato-

rizados. Además, se están desarrollando otras alternativas

técnicas,

como

la

sustitución mitral percutánea.

El

«

Heart Team

»

Un

equipo

multidisciplinar

(cirujanos

cardíacos,

cardiólogos

intervencionistas, anestesistas y especialistas en

imagen y en

insu-

ficiencia cardíaca) debe evaluar

los pros y

los contras de

los distintos

procedimientos de tratamiento en todos

los pacientes de alto riesgo

con

insuficiencia mitral. Debe

valorar

la

relación

beneficio-riesgo

de cada opción considerando

la comorbilidad y

las expectativas de

vida de

cada paciente

concreto.

En

algunos pacientes de muy

alto

riesgo

los beneficios del

tratamiento quirúrgico o percutáneo pue-

den

ser mínimos

y

un

tratamiento

conservador

(y

posiblemente

paliativo) puede

ser más apropiado.

Los

procedimientos

percutáneos

deben

indicarse

en

pacientes

de

alto

riesgo

o

inoperables.

Pero

hay

que

tener

en

cuenta

que

las definiciones de

«

alto

riesgo quirúrgico

»

y

«

paciente

inoperable

»

no están perfectamente

acotadas y están muy

influenciadas por

la

experiencia del cirujano y centro hospitalario. Las escalas de

riesgo

más

comunes

(Euroscore,

STS,

etc.)

deben

utilizarse

en

combina-

ción

con

otros

factores,

como

la

fragilidad

o

la

presencia

de

aorta

en porcelana

(documento de

consenso VARC-2)

3

. Hay

que

insistir

en

el hecho de que

las

escalas de

riesgo deben

considerarse

siem-

pre

como una herramienta orientativa en

la

toma de decisiones en

el

paciente

individual.

En

ningún

caso

pueden

sustituir

el

criterio

clínico y el

sentido

común aplicado en

situaciones

concretas.

En

ausencia de guías

clínicas, un

abordaje

individualizado para

cada

paciente

es

lo más

adecuado

para

basar

las

decisiones

del

«

Heart

Team

»

.

Los

potenciales

beneficios

de

este

abordaje multi-

disciplinar en equipo deben

ser evaluados de

forma objetiva en un

futuro próximo.

Recomendaciones para

la evaluación diagnóstica

Un

análisis

ecocardiográfico

minucioso,

especialmente

mediante ecocardiografía

transesofágica, es necesario para:

cuantificar el grado de

insuficiencia mitral

(

tabla 1

,

fig. 1

);

determinar anatómicamente

la posibilidad de reparación quirúr-

gica o percutánea, y

demostrar

la

presencia

de

trombo

en

ventrículo

o

aurícula

izquierda

o

de

endocarditis

activa

que

pueda

contraindicar

la

intervención o

indicar un abordaje alternativo.

Según

el

tipo

de

insuficiencia mitral,

primaria

o

secundaria,

se

deben hacer

las

siguientes

recomendaciones.

En pacientes

con

insuficiencia mitral primaria

candidatos para

cirugía,

se

deben

estudiar

cuidadosamente

todos

los

segmentos

valvulares

para

describir

minuciosamente

la

lesión

valvular,

su

localización exacta y

la presencia de

calcificación del anillo.

En

caso

de

insuficiencia

mitral

secundaria,

el

estudio

eco-

cardiográfico

debe

centrarse

también

en

el

ventrículo

izquierdo

(volumen,

fracción

de

eyección

e

índice

de

esfericidad)

y

en

la

distorsión

de

la

geometría

valvular

(área

de

tenting,

altura

de

coaptación,

ángulos

de

los

velos

y

distancia

interpapilar).

Se

han

descrito

varios predictores de

recidiva de

insuficiencia mitral

tras

la

anuloplastia

sobrecorrectora

(

tabla

2

,

figs.

2

y

3

)

y

su

presen-

cia

puede

recomendar

la

sustitución

valvular

como

una

solución

más

duradera.

En

este

punto,

debemos

insistir

en

la necesidad

de

asociar

a

la

anuloplastia

otras

técnicas

quirúrgicas

que

permitan

Tabla 1

Criterios ecocardiográficos para

la definición de

insuficiencia mitral

severa

Cualitativos

Morfología valvular prolapso velo/rotura de

cuerdas o músculo papilar

Chorro

regurgitante

central grande o excéntrico

con efecto

coanda,

llegando

a

la pared posterior de

la aurícula

izquierda

Se˜nal Doppler

continuo del

chorro

regurgitante denso/triangular

Zona de flujo

convergente grande

a

Semicuantitativos

Vena

contracta

(mm)

7

(> 8

si biplano)

b

Flujo venas pulmonares

reversión

sistólica

Flujo

transmitral onda E dominante

1,5 m/s

c

TVI mitral/TVI aórtica

1,4

Cuantitativos

ORE

(mm

2

)

40

(primaria),

20

(secundaria)

Volumen

regurgitante

(ml/lat)

60

(primaria),

30

(secundaria)

Dilatación de

cavidad

cardíaca, ventrículo

izquierdo y aurícula

izquierda

ORE: orificio

regurgitante efectivo; TVI:

integral

tiempo-velocidad.

a

Límite Nyquist 50-60

cm/s.

b

Media entre plano apical de 2 y 4

cámaras.

c

En

ausencia

de

estenosis mitral

u

otras

causas

de

presión

auricular

izquierda

elevada.

Tabla 2

Predictores

ecocardiográficos

de

reparación

no

exitosa

o

de

insuficiencia mitral

recurrente

tras anuloplastia

sobrecorrectora en

la

insuficiencia mitral

secundaria

Altura de

coaptación > 1 cm

Área de

tenting en

sístole > 2,5 cm

2

Ángulo de velo posterior > 45

Ángulo distal de velo anterior > 25

Diámetro

telediastólico del VI > 65mm

Diámetro

telesistólico del VI > 51 mm

Distancia

interpapilar

telesistólica > 20mm

Índice de esfericidad en

sístole > 0,7

VI: ventrículo

izquierdo.