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de la cirugía experimental en animales llevaron a considerar

la cirugía fetal, una alternativa para el MMC. A esto se sumó,

que cada vez la ultrasonografía y la resonancia magnética fetal

permitieron hacer diagnósticos más precoces y precisos, por lo

tanto se generaba una expectación considerable en las mujeres

embarazadas que recibían el diagnóstico de una disrrafia abierta.

En un principio, debido al alto riesgo de la cirugía fetal, solo se

aconsejó en caso de fetos con grandes defectos tóracolumbares,

asociados a ventrículomegalia, malformación de Chiari, con

movimiento conservado de las extremidades inferiores, cario-

grama normal y ausencia de otras malformaciones importantes.

Los primeros resultados fueron esperanzadores en el sentido

de revertir la herniación del tronco cerebral y llevando a incluir

defectos más bajos y de menor tamaño (26-30). Estos hallazgos

entusiasmaron a diferentes grupos que fueron acumulando

experiencia con resultados cada vez más positivos, disminu-

yendo el porcentaje de parto prematuro y mortalidad fetal.

Desde 1997 al 2003, más de 200 fetos fueron intervenidos,

realizándose una reparación del defecto mediante histerotomía y

reparación del defecto. Los datos preliminares mostraron avances

notables en lograr revertir la malformación de Chiari con la consi-

guiente mejoría en el grado de hidrocefalia y disfunciones de

tronco. Sin embargo esto también estuvo acompañado de riesgo

materno que incluía básicamente alto riesgo de parto prematuro,

dehiscencia de la histerotomía, además de los riesgos de prema-

turez extrema , muerte fetal o neonatal. Estos hechos llevaron a

que se desarrollara un estudio multicéntrico, prospectivo donde

se compararon los resultados en términos de eficacia y seguridad

de la reparación intrauterina versus la reparación estándar post-

natal del MMC (5).

El resultado de este estudio ampliamente esperado por la

comunidad científica fue publicado en marzo 2011 en

The New

England Journal of Medecine

con conclusiones favorables a la

cirugía fetal. De hecho el estudio fue detenido por la eficacia

demostrada por la cirugía prenatal, después del reclutamiento

de 183 pacientes de las 200 planificadas inicialmente. Los

resultados están basados en 158 pacientes cuyos niños fueron

evaluados a los 12 meses de vida. El porcentaje de niños en el

que fue necesario instalar una derivativa ventrículo peritoneal

(DVP) fue de un 40% en el grupo prenatal vs un 80% en el grupo

control lo cual fue estadísticamente significativo. Además hubo

una mejoría en el

score

de rendimiento intelectual y función

motora a los 30 meses, pero con un incremento en el riesgo de

parto prematuro y de dehiscencia uterina (ver tablas 1-4).

tabla 1. Outcome materno

Condición materna

Cirugía prenatal

n=78 n(%)

Cirugía

postnatal

n=80 n(%)

Riesgo relativo

95% IC

Valor p

Desprendimiento

corioamniótico

20(26%)

0

-

P

<

0,001

Oligohidroamnios

16(21%)

3(4%)

5,47(1,66-18,4)

0,001

Rotura prematura

membranas

36(46%)

6(8%)

6,15(2,75-13,78)

p

<

0,001

Parto prematuro

30(38%)

11(14%)

2,8(1,51-5,18)

P

<

0,001

Condición de la histerotomía

Bien cicatrizada

49(65%)

Adelgazada

19(25%)

Dehiscencia parcial

7(9%)

Dehiscencia completa

1(1%)

Extracto y traducido de Adzick NS, Thom EA, Spong CY, Brock JW III, Burrows PK, Johnson MP, Howell LJ, Farrell JA, Dabrowiak ME, Sutton LN, Gupta

N, Tulipan NB, D’Alton ME, Farmer DL (2011). A randomized trial of prenatal versus postnatal repair of myelomeningocele. N Engl J Med 364:993–1004.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(4) 442-451]