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La importancia del trabajo en redes

Si bien por definición, las enfermedades raras son aquellas con

una prevalencia menor a 1:2.000 individuos, en general se trata

de afecciones con prevalencias aún menores y que en algunas

patologías pueden llegar a ser inferiores a 1:1.000.000. Consi-

derando esto, es fácil entender que para tener una casuística

que permita conocer el fenotipo de la afección, su evolución,

variaciones y complicaciones, es necesario el registro y análisis

a través de redes que permitan aumentar el número de casos

evaluados (10).

Por ejemplo, en Chile, con una tasa de natalidad de 250.000

recién nacidos por año, si quisiéramos tener una serie de 100

casos para evaluar una patología con una frecuencia de 1:50.000,

se requeriría 20 años de registro acucioso que nos asegure

además que todos los casos nuevos han sido diagnosticados,

para lograrlo (11). De aquí la importancia de sistemas de registro

en red como el ECLAMC (Estudio Colaborativo Latinoamericano

de Malformaciones Congénitas) que agrupa a 35 hospitales de

Chile, Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Venezuela y Colombia (12)

o el

International Clearinghouse for Birth Defects Surveillance and

Research

que incluye 43 programas de registro de 36 países con

un total de 4.000.000 de nacimientos por año (13). Sólo a través

de estas redes que permiten análisis colaborativos, es posible

concentrar un número de casos suficiente que permita conocer

la evolución natural de la afección y eventualmente desarrollar

estudios tendientes a encontrar alternativas terapéuticas. Es

sabido que los pacientes afectados por enfermedades raras sufren

un doble castigo: presentar una enfermedad severa y ser insufi-

cientemente reconocidos, diagnosticados y tratados.

En general, existe un alto porcentaje de sub diagnóstico debido

a la baja sospecha clínica. Como cada una de estas enferme-

dades por separado es muy infrecuente, un médico general rara

vez evaluará más de un paciente con la misma afección durante

todo el ejercicio de su profesión. Es un hecho que el diagnós-

tico precoz mejora el pronóstico de pacientes portadores de

enfermedades raras, más aún, un porcentaje importante de

estas enfermedades son susceptibles de ser diagnosticadas en

etapa prenatal, lo que permite en algunos casos el tratamiento

in útero

, y en todos, preparar a la familia y al equipo médico

para el manejo adecuado en el periodo neonatal.

Las agrupaciones de pacientes y familias

Es indudable que las agrupaciones de pacientes, padres y fami-

liares han ido adquiriendo un rol fundamental en el enfrenta-

miento de la comunidad con las autoridades de salud. Esto es

especialmente evidente en el caso de las enfermedades raras.

La baja prevalencia los obliga a unir fuerzas y a empoderarse

para enfrentar los diferentes desafíos asociados a vivir con

alguna de estas afecciones.

El Banco Mundial define como empoderamiento “el proceso

de aumentar la capacidad de un individuo o de grupos

de individuos de elegir y de transformar las elecciones en

acciones y resultados” (14). La Organización Mundial de la

Salud ha descrito el empoderamiento como un “prerrequi-

sito para la salud” y como “una asociación proactiva y una

estrategia de autocuidado del paciente tendiente a mejorar

los resultados de salud y la calidad de vida de los enfermos

crónicos” (15).

Definidas así, las agrupaciones de pacientes, padres y familiares

son una necesidad para los pacientes con enfermedades raras.

Esto porque sus afecciones son crónicas, difíciles de manejar

y tan infrecuentes que son imperativos los esfuerzos coordi-

nados para lograr cambios y ser escuchados y considerados

por los investigadores, la comunidad médica y los encargados

de las políticas de salud (16). Las organizaciones de pacientes

tienen roles a diferentes niveles, desde el financiamiento de

la investigación hasta los aspectos regulatorios de la comer-

cialización de medicamentos, incluyendo la producción de

material educativo confiable, el diseño de políticas públicas

y el estudio de proyectos. En Estados Unidos, el concepto

de enfermedades raras y drogas huérfanas fue establecido

en 1983 (2) por una coalición de agrupaciones de pacientes

que incluyó a la comunidad académica, las agencias estatales

reguladoras y la industria farmacéutica. Posteriormente, otros

países han ido desarrollando entidades similares. En Chile,

durante los últimos años se ha ido incrementando el interés

por este tipo de afecciones y en general por las afecciones

con alto costo y está próximo a legislarse en relación a su

manejo (17).

En resumen

Más allá de la gran diversidad de afecciones, los pacientes con

enfermedades raras y sus familias están confrontados a un gran

número de dificultades similares, las que surgen directamente

de la baja frecuencia de estas afecciones:

Falta de acceso a un diagnóstico correcto:

el periodo

entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico certero involucra

un retraso inaceptable y de alto riesgo; así como un diagnóstico

equívoco puede determinar tratamientos inadecuados.

Falta de información:

tanto en relación a la enfermedad

en sí, como en relación a lugares donde obtener apoyo, inclu-

yendo el no ser referidos a profesionales calificados.

Falta de conocimiento científico:

esto se traduce en dificul-

tades para el desarrollo de herramientas terapéuticas, falta de

definición de estrategias terapéuticas y en déficit de productos

terapéuticos ya sea medicamentos o accesorios médicos.

[LAS ENFERMEDADES RARAS - Dra. Fanny Cortés M.]