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Los metaanálisis disponibles incluyen estudios muy heterogé-

neos en términos del calibre del balón utilizado, el número de

dilataciones por sesión y la duración de cada dilatación. En la

revisión de Hassan et al se logró un manejo exitoso en 86% de

los casos con una tasa de complicación

<

5%, logrando evitar

la cirugía en 112 de 347 pacientes (67%) (32). El estudio de

Gustavsson et al es el más grande hasta la fecha, con 178

pacientes evaluados de los cuales 80% presentaban estenosis

anastomóticas, presentando sólo un 1,4% de tasa de perfo-

ración, que aumenta a 9,3% con el uso de balones de 25 mm

(33). Son factores de riesgo para un resultado desfavorable

la presencia de estenosis de la válvula ileocecal, fístulas y el

hábito tabáquico.

El uso de corticoides y/o Infliximab intralesional se encuentra

actualmente en etapa de investigación sin resultados que avalen

su uso hasta la fecha (3).

Respecto al uso de

stents

autoexpandibles, la evidencia es limi-

tada y controversial, mayormente extrapolada de la experiencia

de su uso en CCR obstructivo. La tasa de éxito reportada varía

entre 40-80% pero con una alta tasa de migración del

stent

(3).

II.- Manejo de las complicaciones del reservorio:

Las estenosis de la anastomosis del reservorio ileoanal (IPAA)

son frecuentes. Un estudio que incluyó 1005 pacientes some-

tidos a IPAA señala una incidencia de estenosis del 14%, tratán-

dose 97,9% con dilatación digital o con bujías y sólo 2,1% con

cirugía (34). Otro estudio menciona que de los pacientes dila-

tados, 87,3% pudo conservar su reservorio en una media de

seguimiento de 9,6 años, confirmando que las dilataciones

endoscópicas son eficaces, seguras, con una baja tasa de

complicaciones cuando son realizadas por un endoscopista

experimentado (3).

Otra complicación de IPAA es la aparición de senos en el

reservorio, una manifestación precoz de filtración de la anas-

tomosis, generalmente localizada en la región pre-sacra. Se

presenta como dolor perianal, presión en la zona pélvica,

presencia de sepsis de foco pélvico, reservoritis o cuffitis

refractaria a tratamiento, aunque puede ser asintomática. El

manejo es con incisión con

“needle knife”

y drenaje del seno

vía endoscópica y si se insinúa un trayecto fistuloso uso de

goma de fibrina. Con estas medidas se alcanza hasta 84% de

respuesta (35).

III.- Uso de endosonografía (EUS) en patología anorrectal

en enfermedad inflamatoria intestinal:

Aproximadamente un 25% de los pacientes con EC desarrollará

en algún momento una fístula perianal, especialmente aque-

llos con compromiso rectal. La identificación de las fístulas en

estos pacientes es difícil mediante el examen anal e incluso

en el examen bajo anestesia, ya que generalmente la zona

rectal se encuentra inflamada e indurada (3). Mediante la EUS

rectal se pueden detectar estas fístulas, visualizándose como

estructuras hipoecogénicas de contenido hiperecogénico (aire

o gas). Además se pueden apreciar abscesos relacionados con

las fístulas, que se visualizarán como masas anecogénicas o

hipoecogénicas en la región perianal (36).

Estudios comparativos entre EUS y resonancia magnética de

pelvis han encontrado resultados similares en términos de

sensibilidad (91 vs 87%) (37). Por lo tanto la EUS tiene un rol

diagnóstico y terapéutico en la patología anorrectal, sirviendo

además como una herramienta de seguimiento del tratamiento

de la fístula perianal.

IV.- Diagnóstico y manejo de colangitis esclerosante primaria:

La CEP corresponde a una enfermedad hepática colestásica

crónica, caracterizada por la aparición de fibrosis en múltiples

puntos del árbol biliar con estenosis secundarias y un alto riesgo

de desarrollo de CC.

El método de diagnóstico de elección inicial es la colangiografía

por resonancia, pero con frecuencia una CPRE es requerida para

confirmar el diagnóstico y para determinar si existen una este-

nosis dominante, definida como una estenosis de 1,5 mm en

el conducto biliar común o de 1 mm en los conductos hepá-

ticos. Las estenosis dominantes aparecen hasta en un 60% de

los pacientes y representan un riesgo para el desarrollo de CC

(38). Se presentan con síntomas colestásicos requiriendo drenar

la vía biliar.

El manejo óptimo de drenaje de la vía biliar es debatible, pues

hasta la fecha no se ha realizado un estudio randomizado que

compare dilatación con balón versus stents autoexpandibles,

por lo que las recomendaciones se basan actualmente en series

de casos.

La dilatación endoscópica de las estenosis mediante CPRE más

instalación de

stents

autoexpandibles es efectiva. Respecto a

la permanencia del

stent

instalado, los estudios han mostrado

que un período prolongado (

stent

por tres meses) tiene una

altísima tasa de complicaciones (hasta 50%) de colangitis

e ictericia por oclusión del

stent

, al contrario de la terapia

acortada (

stent

por 11 días) que se asocia con sólo un 7% de

complicaciones (39).

Conclusiones

Actualmente existe consenso entre las distintas organizaciones

internacionales acerca de la realización de vigilancia de CCR en

EII, sin cuestionar la necesidad de efectuarla. Sin embargo existen

diferencias en las recomendaciones respecto a los intervalos y las

técnicas de vigilancia, emergiendo la cromoendoscopia como

[El rol de la endoscopIa avanzada en enfermedades inflamatorias intestinales... - Dra. Macarena Hevia L. y col.]