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como efecto de la alteración de la población bacteriana intestinal,

efectos tóxicos y/o alérgicos sobre la mucosa intestinal, acciones

farmacológicas sobre la motilidad del tubo digestivo y origen

infeccioso, en el que se ha involucrado a microorganismos como

Clostridium Perfringens, Klebsiella Oxytoca

, especies de

Candida

y especies de

Salmonella

. La mayoría de las veces este tipo de

diarrea es leve a moderada, se presenta durante el curso de la

terapia antibiótica, se asocia a la dosis empleada del respectivo

fármaco, es de curso benigno y cede al discontinuar el medica-

mento.

DIARREA ASOCIADA A

Clostridium Difficile

(DACD)

DEFINICIÓN

Es la diarrea producida por las toxinas del CD, que es un bacilo

gram positivo anaerobio estricto, formador de esporas, aislada en

1935 por primera vez por Hall y O Toole (4). La mayor parte de las

veces está asociada al uso previo de antibióticos.

EPIDEMIOLOGÍA

La DACD es fundamentalmente una infección nosocomial y cons-

tituye la primera causa de diarrea que se presenta en un paciente

hospitalizado. Su incidencia varía entre 0,6 y 2,1% del total de

pacientes hospitalizados, con una mortalidad 1 a 5% (5). Es poco

frecuente en pacientes ambulatorios, aunque su incidencia extra-

hospitalaria ha ido en aumento.

Varios factores han dificultado la comprensión de la epidemio-

logía de la DACD. En primer lugar, aunque ha habido una mejoría

en la vigilancia de la DACD derivada de la identificación de infec-

FIGURA 1. Microscopia electrónica –

Clostridium Difficile

ciones graves y brotes epidémicos, la medición de su frecuencia

es aún variable y ello dificulta la obtención de indicadores fiables

en los países y en las comparaciones entre ellos.

Se trata de una infección poco habitual en pacientes ambulato-

rios, a pesar de que en los últimos años se ha visto un aumento

de la infección por CD en pacientes sin antecedentes previos de

hospitalización.

En los pacientes que desarrollan como complicación una colitis

pseudomembranosa, el CD sería el agente etiológico en 90-100%

de los casos.

Hasta un 40% de los pacientes con infección adquirida en la

comunidad requiere hospitalización y las tasas de recurrencia son

similares a las de infección nosocomial (6).

Se ha detectado la presencia de CD en más del 25% de los

pacientes adultos internados en un hospital general. Sólo un

tercio desarrolla diarrea y los otros son portadores asintomá-

ticos (1). Todos ellos forman el reservorio del agente infeccioso.

Esta bacteria sobrevive en el ambiente hospitalario mediante sus

esporas, las que pueden ser transmitidas fácilmente mediante el

contacto del paciente infectado con el personal de salud, el que

las transporta hacia superficies no contaminadas y hacia otros

pacientes. Se ha demostrado la presencia de esporas viables

durante meses en baños, pisos, teléfonos, estetoscopios, etc.

En la última década se han reportado numerosos brotes epidé-

micos nosocomiales. Estos brotes se han asociado a una cepa de

CD hipervirulenta, conocida como NAP1/BI/027 (presente ya en

Chile).

PATOGENIA

Cuando se asocian algunas situaciones como enfermedades

que favorecen la inmunosupresión, junto al uso de terapia anti-

biótica, se puede producir una alteración de la flora del colon,

creando condiciones propicias para la adquisición y/o prolifera-

ción del CD.

Al colonizar el intestino grueso, el CD libera dos exotoxinas

proteicas (TcdA y B) que causarán colitis en aquellas personas

más susceptibles, a través de la inactivación de Rho GTPasa (7) y

que finalmente se manifestará en una pérdida de la función de la

barrera intestinal.

Las esporas del CD que se transmiten (feco-oral), son resistentes a

la acidez gástrica, germinan en su forma vegetativa en el intestino

delgado y avanzan posteriormente al intestino grueso.

La toxina A (enterotoxina) produce una inflamación del intestino

y secreción de fluidos. La toxina B a su vez produce daño celular

(citotoxina) siendo su presencia más frecuente y dañina.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 687-695]