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La endoscopia terapéutica

La endoscopia terapéutica desempeña un papel fundamental

en el tratamiento del CGT. Históricamente, los métodos para

curar el CGT han incluido fulguración, uso de radiación láser,

coagulación eléctrica e inyección local de agentes antitu-

morales. En 1984, la técnica

“strip biopsy”

fue descrita como

una extensión de la polipectomía endoscópica con asa, para

remover pólipos del colon (20). La disección endoscópica

de la submucosa (ESD por su sigla en inglés), ha revolucio-

nado el tratamiento mínimamente invasivo del CGT, permi-

tiendo la extracción en bloque de tumores superficiales

de cualquier tamaño y se ha convertido en una alternativa

excelente a la cirugía convencional (21). Comparado con la

mucosectomía endoscópica convencional (EMR por su sigla

en inglés), ESD tiene un riesgo más bajo de recurrencia local,

y facilita el análisis histológico en un sólo bloque (22). De

amplia aceptación y uso en Asia, ESD ha ganado popularidad

en occidente debido al aumento gradual en el diagnóstico

de lesiones tempranas y por la disponibilidad reciente de

instrumentos comerciales para endoterapia. Sin embargo,

su aplicación ha sido limitada no sólo porque requiere alto

nivel de habilidad endoscópica sino que genera más efectos

adversos que EMR, aunque la mayor parte de estos pueden

ser manejados exitosamente durante el procedimiento (21).

Resultados recientes han mostrado que tanto la ESD como la

gastrectomía, tienen similar tasa de sobreviva y tasa libre de

enfermedad a cinco años, sin embargo, ESD mostró menor

tasa de eventos adversos post-operatorios (23). El diagnós-

tico temprano y las diferentes técnicas endoscópicas para el

tratamiento curativo del CGT con énfasis en ESD, son el foco

principal de esta revisión.

Principios de resección endoscópica

Con el objetivo de determinar las variables clínico-pato-

lógicas asociadas a metástasis linfática regional, investiga-

dores del Centro Nacional de Cáncer en Tokio, analizaron

retrospectivamente 5.265 pacientes con CGT que se some-

tieron a gastrectomía con disección linfática ganglionar

(24). Según este estudio, ninguno de los 1.230 tumores

diferenciados menores a 30 mm con o sin úlcera, presentó

invasión linfática regional (IC 95%, 0-0,3%), así como

ninguno de los 929 tumores bien diferenciados de cual-

quier tamaño sin úlcera (IC 95%, 0-0,4%). Además, ninguno

de los 145 tumores bien diferenciados menores a 30 mm

sin compromiso linfático o venoso que invadían la mucosa

o la capa submucosa superficial (SM1: hasta 500μm desde

la muscularis de la mucosa) presentó metástasis (IC 95%,

0-0.25%). En otro estudio realizado por los mismos autores,

se encontró que la invasión linfática regional fue insignifi-

cante (IC 95%, 0-3,1%) en adenocarcinomas bien diferen-

ciados con invasión SM1, menores a 30 mm y sin invasión

linfo-vascular. De lo anterior se concluye que, la linfade-

nectomía es innecesaria para tumores bien diferenciados

que invaden la capa mucosa o la capa SM1 y que satisfacen

los criterios previamente mencionados, constituyéndose

esto en el principio para realizar tratamiento endoscópico

al CGT (25). Estudios recientes han reportado que tumores

indiferenciados (como el carcinoma de células en anillo de

sello) limitados a la capa mucosa, menores a 20 mm y sin

úlcera, también tienen un riesgo casi nulo de invasión linfá-

tica regional (26).

Valoración del margen de la lesión

El uso de cromo-endoscopia con índigo carmín 0,25% es

determinante para identificar y definir adecuadamente el

margen de un CGT. La inadecuada estimación del borde

tumoral puede resultar en una resección incompleta y

en una recurrencia local tan alta como del 30% (27). La

cromo-endoscopia se recomienda una vez que la lesión

gástrica está identificada, para determinar el margen y

estimar la profundidad de la lesión (intra-mucosa, submu-

cosa o más avanzada) (28) (Figura 3). NBI con magnificación

no sólo es útil para definir los márgenes, sino también, para

identificar los patrones vasculares de los tumores bien y mal

diferenciados (29).

FIGURA 3. Técnica de aplicación de Índigo

carmine

Usando una jeringa desechable de 20 mL se irrigan aproximadamente

3 mL de colorante.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 586-599]