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EUS E IPMN (NEOPLASIA MUCINOSAS INTRADUCTALES

PAPILARES)

Dentro de los quistes pancreáticos neoplásicos, vale la pena

dedicar un espacio exclusivamente a las

neoplasias quísticas

mucinosas.

En los últimos 10 años este tipo de neoplasias ha

cobrado un interés muy especial, con celebración de múltiples

reuniones de expertos y estudios que permite contar con infor-

mación actualizada al respecto. Tanto el EUS como la aspiración

con aguja fina (FNA) son básicos para definir la conducta que se

debe seguir (27, 38).

Este tipo de quistes son los llamados quistes no inflamatorios.

La Organización Mundial de Gastroenterología divide los quistes

mucinosos que producen neoplasia en dos (28):

1. IPMN (Neoplasia Mucinosas Intraductales Papilares)

2. MCN (Neoplasia Quísticas Mucinosas)

Ambos tipos de neoplasia pueden llevar a transformación

maligna. Sin embargo dada su mayor importancia y frecuencia,

se revisarán con mayor atención en este artículo los IPMN

(27-29, 38). Estas neoplasias por lo general se presentan en la

séptima década de la vida (27).

Las Neoplasias Mucinosas Intraductales Papilares (IPMN) se

dividen de acuerdo a su localización: Rama Principal (los que

más llevan a carcinoma), ramas secundarias y mixtas (27).

Es una patología de tan reciente estudio que apenas están

entendiendo y ajustando guías para el manejo adecuado de

los mismos. En lo referente a este artículo debe quedar claro

el potencial maligno de los IPMN, este es el principal punto a

resaltar (38).

Se han identificado varios factores que pueden llevar un IPMN a

ser maligno (27-38):

1- Cuando el tamaño es inferior a 20 mm la probabilidad de

malignidad es baja. Sin embargo, si tales factores de riesgo o

signos de alarma mayores asociados, como: nodulaciones del

conducto, septos, irregularidad y de pronto componente sólido,

se aumenta el riesgo de malignidad.

2- Si el diámetro supera los 30 mm, este es un factor de riesgo

de malignidad independiente, aún sin signos de alarma ya

mencionados.

3- Que el conducto principal sea mayor de 10 mm.

4- Edad menor de 60 años supone un riesgo mayor, particu-

larmente cuando se asocia a dolor, pérdida de peso y pancrea-

titis.

5- Es altamente sospechoso un IPMN maligno cuando el tamaño

de quiste es mayor de 30 mm, el tamaño del Wirsung duplica el

tamaño de la vía biliar y/o se ve amputación del conducto distal

con dilatación proximal del mismo.

6- Son factores de riesgo adicionales propuestos por Varada-

rajulu: la ictericia y las tumoraciones quísticas de la cabeza del

páncreas, así como el componente sólido dentro del quiste.

En este tipo de patologías los apoyos diagnosticos son comple-

mentarias. La Resonancia es una de las mejores modalidades no

invasivas y en nuestro concepto es junto a el EUS, la que mejor,

lleva delimitar la verdadera magnitud de estas neoplasias y sus

factores de riesgo intra quísticas e intra ductales (29, 30). Según

Varadarajulu en su orden, un servicio dedicado a páncreas debe

abordar estas neoplasias con TAC con protocolo especial de

páncreas, resonancias con secretina para valorar la relación de la

neoplasia con el conducto principal y sus ramas secundarias. En

general se hace EUS, cuando el resultado de esta puede cambiar

la conducta que se vaya a tomar (31-38).

Es decir si tenemos una tumoración que por otros test diag-

nósticos está en la cabeza del páncreas, es mayor de 30 mm, el

paciente tiene ictericia y el conducto esta dilatado, el paciente

es quirúrgico aun sin biopsia (38).

Sin embargo, si hay factores de riesgo no claros y se quiere deta-

llar más la lesión, antes de decidir seguimiento o cirugía, es el

EUS el examen adecuado (38).

El EUS es muy útil en este tipo de neoplasias por la cercanía

del transductor y la tumoración o quiste, lo que permite deter-

minar con más confiabilidad el tamaño y las características del

mismo, así como la cercanía a estructuras vecinas, ver crite-

rios de invasión vascular, información al cirujanos sobre crite-

rios de resecabilidad o no, estadificar la lesión localmente (no

hay otro examen que pueda ser mejor para la valoración local

de los tumores del tracto digestivo y acá incluimos páncreas),

podemos tomar biopsias y sacar líquido para estudio (33-35).

Figura 8 y 9.

En el momento actual se puede decir que la sensibilidad que

da la punción con aguja fina en los IPMN, no es alta. Sirve

mucho el aspirado para ver el tipo de material y si este es

filante, hace sospechar la etiología mucinosa. Así mismo, se

pueden medir antígenos tumorales como el CA 19-9 y el CAE

(Antígeno carcino embrionario), siendo este último el que

más va a mostrar si la neoplasia es mucinosa o no, el nivel de

corte es de 192 ng/ml, si es mayor la sensibilidad es del 79%.

Se pueden medir amilasas y si estas son mayores de 250 U/L

se sugiere inflamación como etiología del quiste. Ninguno

de los marcadores tiene sensibilidad demostrada para decir

si es maligno o no. La citología si tiene células globosas es

patognomónica de neoplasias mucinosas. Lamentablemente

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 634-648]