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Debe considerarse además la implementación de una Unidad
de Toma de Muestras completamente equipada, que cuente
entre otras cosas con sistema de código de barras, conectada a
un sistema informático y funcional y con flujos optimizados de
pacientes y muestras.
Un laboratorio moderno debe tener más capacidad de proce-
samiento de exámenes y una mayor diversidad de exámenes,
lo cual además de permitir la reducción de los costos por
determinación, permite optimizar la organización de los labo-
ratorios mejorando los tiempos de respuesta (1).
Actualmente los laboratorios clínicos que originalmente se
encontraban en áreas poco adecuadas y con secciones sepa-
radas, se están implementando en áreas centrales para mejorar
el flujo de trabajo. Además se encuentran disponibles sistemas
como las balas de transporte a distancia que permiten el envío
de muestras desde servicios distantes (1).
Los laboratorios clínicos pueden ser de dos tipos, estructural-
mente hablando:
a) Laboratorio modular, que se caracteriza por tener áreas o
secciones separadas.
b) Laboratorio abierto, que consiste en muchos laboratorios
unidos sin muros de separación.
El primero es el más frecuentemente observado en muchas de
nuestras instituciones, mientras que el segundo modelo es el
más recomendable para un laboratorio moderno. En el labo-
ratorio abierto, pueden realizarse muchas determinaciones
diferentes con técnicas distintas acopladas en un mismo
sistema, que puede estar comunicado además con un sistema
preanalítico que transporta las muestras hacia los equipos que
realizarán las determinaciones, siendo el funcionamiento del
laboratorio continuo (Figuras 1A y 1B) (1).
En este último modelo, además se establece un área central
o “core” que integra las secciones con mayor carga (bioquí-
mica, hematología) que se encuentran completamente auto-
matizadas y conectadas a un sistema preanalítico y al sistema
informático de laboratorio. En el área central se encuentra la
recepción de muestras, lo que optimiza el tiempo de proce-
samiento. El resto de las secciones del laboratorio, las más
especializadas y/o de poco flujo se encuentran situadas alre-
dedor del “core” (1). Cabe señalar que en el último tiempo
algunos exámenes especializados como los de biología mole-
cular han ido incorporándose a la rutina por su mayor sensi-
bilidad y especificidad, por una mayor demanda y porque
actualmente existen equipos completamente automatizados,
incluso equipos que entregan resultados dentro de una hora
de procesamiento considerados “
point of care testing
” (POCT).
Cuando se desea incorporar la robótica a la fase preanalítica,
se debe analizar cómo es el flujo de las muestras y su origen
(ambulatorias, de hospitalizados y/o servicio de urgencias).
Este análisis permite optimizar el sistema para que su incor-
poración no afecte los tiempos de respuesta de los exámenes
tanto de pacientes hospitalizados como del servicio de urgen-
cias. A modo de ejemplo, en el sistema preanalítico EnGenTM
(Johnson y Johnson, Chile), instalado en el laboratorio de
Clínica Dávila, las muestras de hospitalizado y ambulatorio
ingresan por la cadena transportadora a los equipos, mientras
que las muestras de los servicios de urgencias (adultos, pediá-
trico y maternidad), son ingresadas por delante directamente
por el operador para darles prioridad (Figura 2). Además este
sistema ha permitido una disminución del error preanalítico y
la estandarización de algunos procesos como la preparación y
gestión de serotecas y la optimización del recurso humano (3).
Figura 1. Modelos de Laboratorio. A) Laboratorio cerrado. B) Laboratorio abierto.
Figura 1. Modelos de Laboratorio
A
B
[Implementación del Laboratorio Clínico Moderno - Dra. Cecilia Tapia P. y cols.]