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frente a un defecto cutáneo son:

-El tamaño y profundidad de la lesión

-Localización

-Las zonas dadoras disponibles

-Los recursos técnicos y habilidades adquiridas por el ciru-

jano, recursos materiales

-Su disponibilidad, condición general del paciente y requeri-

mientos específicos según el desempeño proyectado de una

determinada reconstrucción.

Las diferentes opciones pueden ser ordenadas de manera

lógica mediante el esquema de escalera reconstructiva,

donde los diversos métodos son enumerados de menor a

mayor complejidad.

El esquema clásico de escalera reconstructiva incluye:

• Cierre secundario

• Cierre primario

• Injertos

• Colgajos locales

• Colgajos regionales

• Colgajos a distancia

• Colgajos libres.

A esto debemos agregar métodos que se han incorporado a

la reconstrucción de forma complementaria y en ocasiones

reemplazando a las anteriormente mencionadas, como por

ejemplo, expansión cutánea, coberturas transitorias bioló-

gicas (ej. heteroinjertos, Ez derm®), coberturas sintéticas (ej.

Biobrane ®), sustitutos cutáneos y regeneradores dérmicos

(ej. Integra®), y sistemas de presión negativas para el trata-

miento de heridas (ej. VAC®, Renasys®). Este modelo escalo-

nado permite tener un ordenamiento lógico de las opciones

disponibles, pero no se recomienda como estrategia de

reparación secuencial. De esta manera, el paradigma actual

es el denominado ascensor reconstructivo, donde debemos

considerar y efectuar la mejor opción disponible, directa-

mente y sin pasar necesariamente por opciones más simples

que no ofrezcan un óptimo resultado (1). Así, en un defecto

donde se requiere movilización de tejidos vitales distantes,

especialmente si la lesión es extensa, o si no hay buenas

opciones regionales, un colgajo libre será la primera opción.

Incluso en casos de falla de un colgajo libre, en ocasiones

la segunda mejor opción sigue siendo un segundo colgajo

libre. En defectos postraumáticos de extremidades infe-

riores, la indicación de colgajos libres con técnicas de micro-

cirugía se realiza principalmente en defectos de diversos

tamaños en el tercio distal de la pierna, tobillo y pie. Si

bien en defectos más proximales existen más opciones, de

igual forma se requerirán colgajos libres cuando estos sean

extensos, o en casos donde no hay adecuada disponibilidad

de tejidos regionales (2).

Reconstrucción de partes blandas en trauma

de extremidades inferiores

Alternativas de coberturas locales y regionales

Los defectos ubicados en el muslo habitualmente son

cubiertos con tejidos locales, dada la gran disponibilidad de

piel y musculatura en esa zona. En rodilla y tercio proximal de

la pierna el colgajo

gastrocnemius

medial y en menor medida el

lateral, son las opciones más utilizadas en defectos medianos.

En tercio medio de la pierna el colgajo sóleo o hemisóleo a

pedículo proximal, así como también

el gastrocnemius

exten-

dido son muy útiles en diversos defectos localizados en la

región medial, mientras en la región anterior el avance del

músculo tibial anterior puede ser de utilidad en lesiones longi-

tudinales. En el tercio distal de la pierna las opciones locales

son pocas, destacándose entre otros el colgajo muscular

hemisoleo a pedículo distal y el colgajo sural a pedículo distal.

Este último permite cubrir lesiones medianas en tercio medio

y distal de la pierna, tobillo y talón, pero en ocasiones su pedí-

culo se encuentra en zona de trauma, lo que lo hace no viable.

Además se reportan altos porcentajes de necrosis parciales

y reoperaciones. A nivel del pie el colgajo muscular extensor

digitorum brevis

permite cobertura de defectos pequeños del

tobillo y del pie, pudiendo ser elevado a pedículo proximal o

distal, basado en a. tarsal lateral y pedia. En la planta del pie

resultan de poca utilidad colgajos de musculatura intrínseca.

El colgajo fasciocutáneo plantar medial (

instep flap

) puede

otorgar cobertura con piel plantar en talón, tanto ipsilateral

de forma pediculada, así como también contralateral como

colgajo libre (3, 4).

Colgajos perforantes

El desarrollo de los colgajos basados en perforantes significó

un gran salto en la forma de enfrentar defectos de cobertura.

Los estudios de irrigación de la piel de Salmón (5), el mapeo

de las perforantes que irrigan la piel y la sistematización de

los angiosomas de Taylor y Palmer (6), constituyen las bases

anatómicas de los colgajos basados en perforantes. Así, los

denominados colgajos perforantes consisten en segmentos

de piel y tejido subcutáneo, que son movilizados basados en

una o más perforantes. Las perforantes pueden tener distintos

trayectos, ya sean directas, septocutáneas o musculocutáneas

(7). Mediante el mapeo de perforantes y la disección retró-

grada es posible movilizar segmentos de tejidos con adecuada

irrigación y de forma segura, preservando la musculatura

subyacente. Los fenómenos hemodinámicos que ocurren al

ligar las ramas colaterales o musculares de una perforante,

favorecen un flujo sanguíneo abundante al colgajo, reclu-

tando de esta manera vasos comunicantes entre angiosomas

adyacentes (

choke vessels

), logrando perfundirlos de manera

adecuada. Surge así el concepto de perforasoma, donde una

perforante es capaz de irrigar el angiosoma correspondiente y

el adyacente (8). Así, en cualquier zona del cuerpo, una perfo-

[Microcirugía reconstructiva en trauma de extremidades inferiores - Dr. Günther Mangelsdorff G.]