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se han identificado múltiples variantes asociadas a DM2.

No existen publicaciones de estudios genéticos en niños y

adolescentes.

La clínica de estos pacientes puede adquirir múltiples

presentaciones, asintomática, con un síndrome diabético

agudo y alrededor de 13% con cetoacidosis diabética, y

en forma excepcional, con un síndrome hiperglicémico

hiperosmolar (23).

Los niños y adolescentes con DM2 tienen mayor riesgo

de presentar comorbilidades como hipertensión arterial,

dislipidemia,

nefropatía,

enfermedad

cardiovascular

subclínica e hígado graso no alcohólico. Estudios han

mostrado que estos pacientes tienen mayor riesgo de

presentar complicaciones microvasculares. En el estudio

SEARCH, se estimó una prevalencia de 42% de retinopatía en

niños con una DM2 de 7,2 años desde su diagnóstico (24).

En el estudio TODAY, se informó una prevalencia de 13,7% en

jóvenes con una DM2 de 4,9 años. Los niños o jóvenes con

DM2 deben ser evaluados con fondo de ojo al diagnóstico.

En relación al aumento de la excreción urinaria de albúmina

persistente entre 30 y 300 mg/24 horas, que es la primera

manifestación de nefropatía, en el SEARCH 22% de los jóvenes

la presentaban, en el TODAY al inicio del estudio era un 6,3%,

aumentando a 16,6% a 6 años (25). Además, mayores niveles

de hemoglobina glicosilada A1c estaban significativamente

relacionados a mayor riesgo de presentar

albuminuria

elevada.

Un estudio canadiense encontró que los niños con

DM2 tienen 4 veces mayor riesgo de desarrollar insuficiencia

renal terminal versus jóvenes con DM1 (26). Existen muy

pocas publicaciones que informen de neuropatía en esta

población. Los adolescentes con DM2 tienen también mayor

riesgo de presentar complicaciones macrovasculares, debido

a la asociación con obesidad, sedentarismo, dislipidemia,

hipertensión e hiperglicemia.

El tratamiento de la DM2 en jóvenes debería ser abordado

por un equipo multidisciplinario y dirigido al paciente y

su familia, enfocado en lograr cambios de estilo de vida,

implementando una alimentación saludable y actividad

física regular, sumado a tratamiento farmacológico

para normalizar la glicemia, reducir el peso y tratar las

comorbilidades como dislipidemia, hipertensión arterial y

esteatohepatitis.

Diabetes con tendencia a la cetosis (DTC).

Corresponde

a una variante de DM2 previamente denominada diabetes

atípica, DM intermedia y “

Flatbush diabetes

”. Fue descrita

inicialmente en afroamericanos y posteriormente, aunque

en menor proporción, se ha reconocido en todas las etnias.

Es más frecuente en hombres (2-3:1) con edad promedio

de 40 años (33-53 años). Se caracteriza por debutar con

cetoacidosis (CD) sin factor desencadenante, y una vez

resuelto el cuadro agudo, puede mantenerse un buen

control metabólico con dieta y fármacos antidiabéticos

orales (27).

En la etapa aguda existe una severa alteración en la

secreción y en la acción de la insulina y posteriormente,

con el control glicémico, ambos trastornos se recuperan

lo que permite discontinuar la terapia insulínica. Puede

presentarse recurrencia de la CD. Su patogenia no es clara.

Los pacientes con DTC carecen de marcadores autoinmunes

y de asociación genética HLA. El principal determinante

de la severa descompensación metabólica sería una

falla transitoria de la cel

β

por glucotoxicidad, en sujetos

predispuestos (28).

Los pacientes que se presentan con DTC y plantean dificultades

diagnósticas, deben ser egresados con terapia insulínica y

estudiarlos con marcadores inmunológicos y péptido C para

su mejor clasificación y manejo.

Diabetes autoinmune latente del adulto (

Diabetes

Autoimmune of Adults,

LADA).

Se ha denominado diabetes

1.5. Es una forma lentamente progresiva de DM tipo 1

o autoinmune que no requiere terapia con insulina por un

tiempo variable.

Se plantea el diagnóstico en pacientes que cumplan 3

criterios clínicos: se presente en la edad adulta, usualmente

en mayores de 35 años aunque puede presentarse más

tempranamente, presencia de autoanticuerpos para DM1

circulantes, que los distinguen de pacientes con DM2, no

requerir insulina al diagnóstico, lo que los distingue de la

forma clásica de la diabetes mellitus tipo 1 (29).

En el estudio UKPDS

(United Kingdom Prospective Diabetes

Study)

realizado en pacientes con DM2, aproximadamente

el 10% al momento del diagnóstico tenían autoinmunidad

evidenciada con anticuerpos ICA (anti islote) o anti GAD

(ácido glutámico descarboxilasa). Estos adultos progresaron

a dependencia de la insulina más rápidamente que los con

anticuerpos negativos. La historia natural de la enfermedad

no ha sido bien definida. Se plantea exista una larga historia

de autoinmunidad con una lenta progresión a través del

tiempo del daño

β

cel, o tal vez aparición de autoinmunidad

tardía con una fase preclínica breve (30).

Los pacientes con LADA comparten susceptibilidad

genética HLA (

Human Leukocyte Antigen

) y marcadores

de autoinmunidad con los pacientes con DM1, pero se

diferencian en el tipo y número de anticuerpos. Los LADA

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(2)160-170]