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Pseudomona aeruginosa
. Existe diversidad de posibilidades
en base a aminoglicósidos o quinolonas, que pueden
asociarse a anestésicos tópicos, corticoides y soluciones
acidificantes (21-25). La terapia tópica debe administrarse
3 gotas dos o tres veces al día, según su composición. Es
necesario enseñar al paciente a colocar las gotas óticas en
forma correcta y mantener las gotas por 2 a 3 minutos
en el oído. Con antecedentes de perforación timpánica o
presencia de tubos de ventilación se debe evitar el uso
de gotas con aminoglicósidos (neomicina, gentamicina)
por su demostrada ototoxicidad (26). En casos de mayor
edema de la pared del conducto se prescriben antibióticos
orales. El tratamiento debe prolongarse por 7 a 10 días y
durante todo el periodo de tratamiento el paciente debe
evitar mojar oído.
La derivación al otorrinolaringólogo es recomendable
en todos aquellos casos en los que no se logra visualizar
adecuadamente el tímpano. El especialista puede acelerar
la curación de la infección con el aseo de detritus en el
conducto auditivo externo bajo visión con microscopio
y, en aquellos casos de edema obstructivo del conducto,
puede colocar una mecha de gasa o esponja quirúrgica por
48-72 horas para permitir la entrada del tratamiento tópico
(Figura 2).
Considerar siempre indicar antibióticos orales en casos de
compromiso cutáneo por vecindad (celulitis de pabellón
auricular, cara o cuello), en pacientes con riesgo de
complicaciones (diabéticos, inmunodeprimidos) y en
aquellos con compromiso profundo de piel de conducto
auditivo externo, siendo de elección las quinolonas.
En casos de no mejoría o aparición de complicaciones
como osteítis o absceso, debe considerarse tratamiento
antibiótico endovenoso hospitalizado.
Otitis externa localizada
Corresponde a la formación de un furúnculo en el tercio
externo del conducto auditivo. Su etiología más frecuente
es el
Staphylococcus Aureus
. Se manifiesta con otalgia e
hipoacusia. A la otoscopia se presenta con enrojecimiento
e inflamación circunscritos a una pared del conducto. El
tratamiento es con calor local, antibioterapia oral y drenaje
quirúrgico cuando se identifica una zona fluctuante.
Otitis externa micótica
Es producida por hongos saprofitos oportunistas que se
encuentran en el CAE. La otomicosis es responsable de un
10% de todas las otitis externas. Las causas más frecuentes
son el tratamiento prolongado con gotas óticas de
antibiótico o la exposición continuada al agua, que macera
el conducto y cambia su pH y que junto al calor, proporciona
las condiciones adecuadas para el crecimiento fúngico. Los
hongos colonizan el estrato córneo de la piel del conducto y
permanecen silentes durante días o semanas. Posteriormente
comienzan a proliferar entre la piel, la queratina descamada
y el cerumen, produciendo una inflamación en la piel del
conducto y el crecimiento de colonias.
El cuadro clínico se caracteriza por prurito intenso. En el
examen otoscópico se visualizan tapones de consistencia
algodonosa o membranosa y/o presencia de masas o hifas
negras (Figura 3). Los patógenos más frecuentes son
Candida
albicans
y
Aspergillus
niger
, pero existe un gran espectro de
otros hongos que causan otomicosis (27-29).
El tratamiento consiste en aseos bajo microscopio
con aspiración de las hifas y tapones algodonosos y la
prescripción de antimicóticos tópicos por al menos 2
semanas. Resultan útiles para prevenir recurrencias las
soluciones ácidas en base a ácido bórico o salicilatos.
figura 2. Curación de otitis externa con mecha de Merocel
[Otitis externa: Diagnóstico y manejo práctico - Dra. Francisca Larach y col.]