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figura 3. Otitis externa micótica

figura 4. Otitis externa eccematosa

Otitis Externa Eccematosa

Se caracteriza por una dermatitis eritematosa, descamativa

y pruriginosa del conducto auditivo externo. Se ha

relacionado con otras enfermedades dermatológicas como

dermatitis atópica, seborreica, de contacto, lupus, psoriasis,

neurodermatitis y eczema infantil y también a factores

internos del huésped como atopia, stress, parasitosis y uso

de medicamentos. Una causa de irritación puede ser el

uso de gotas de antibiótico, que pueden producir eritema

y edema de la piel del pabellón auricular y del conducto

externo. Los pacientes con audífonos también pueden

desarrollar una otitis externa crónica en reacción al molde

plástico que contacta con el conducto auditivo (30).

En la anamnesis habitualmente hay antecedentes de

enfermedades dermatológicas o atopia. Varios autores han

demostrado una significativa mayor reactividad de test

cutáneos en individuos con otitis externa eccematosa que

en controles sanos. Estos hallazgos sugieren que la otitis

externa eccematosa puede ser considerada una forma de

hipersensibilidad retardada (31-33).

Las lesiones son característicamente indoloras, pero

con prurito intenso y persistente. Al examen se observa

eritema, descamación y formación de fisuras en la piel del

conducto auditivo externo. La otorrea suele ser escasa,

serosa y sin olor (Figura 4).

El tratamiento de la otitis externa eccematosa debe estar

dirigido a la enfermedad dermatológica de base, evitando

el contacto con sustancias particularmente antigénicas

(34,35). Los corticoides tópicos son fundamentales y

logran hacer remitir las crisis, sin embargo las recurrencias

son frecuentes y llevan a la estenosis progresiva del

conducto por fibrosis cicatrizal. Pueden usarse también

antihistamínicos por vía oral, gotas acidificantes para

restablecer el pH del conducto y agentes locales desecantes

(cuando hay fisuras húmedas en la piel del conducto) (36).

Después de años de evolución la estenosis inflamatoria

y cicatrizal del conducto puede provocar hipoacusia. En

estos casos la canaloplastía quirúrgica puede ser de gran

ayuda para el paciente (37).

Otitis Externa Maligna

Es una enfermedad agresiva y potencialmente fatal que

se origina en el conducto auditivo externo, produce una

osteomielitis del hueso temporal y puede extenderse a

tejidos blandos circundantes, base de cráneo y comprometer

nervios craneales. Se sospecha en pacientes diabéticos,

añosos y/o inmunocomprometidos (neutropenia o uso de

corticoides a dosis prolongada). Generalmente se produce

por

Pseudomona

aeruginosa

, también se han aislados

cepas de

Staphylococcus

aureus

meticilino resistente. Los

hongos son poco frecuentes, pero se han identificado

casos de otitis externa invasiva por

Aspergillus fumigatus

en pacientes inmunocomprometidos. La enfermedad se

manifiesta con curso típicamente subagudo y progresivo.

Se produce una inflamación del conducto auditivo externo

asociado a otorrea y granulaciones. La otalgia es muy

intensa y se asocia a cefalea occipital o temporal. La

otorrea es purulenta y de mal olor. Se produce aumento

de VHS y PCR (38).

El protocolo de estudio más aceptado actualmente es la

realización de una gammagrafía con tecnecio99 para el

diagnóstico, ya que de manera constante y precoz muestra

signos de osteítis. La gammagrafía con galio67 está

indicada para monitorizar la evolución de la enfermedad y

la respuesta al tratamiento. La tomografía computarizada

nos permite evaluar la extensión y afectación ósea y la

resonancia magnética nos permite estudiar la afectación

meníngea y de partes blandas (Figura 5).

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 898-904]