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Dado que esta patología es más frecuentemente entre los
6 meses y los 4 años de edad (3) y que la mayor cantidad
de evidencia se refiere a ese grupo etario, nos referiremos
en este artículo a ese grupo de población.
La mayoría de los episodios se resuelven espontáneamente,
pero, 30-40% de los pacientes tiene episodios recurrentes
y en 5-10%, estos episodios pueden durar más de un año
(4).
La persistencia de la OME por más de 3 meses se denomina
OME crónica y suele estar acompañada de una hipoacusia
conductiva, síntomas del equilibrio, mal rendimiento
escolar, problemas de conducta, molestia en el oído
o alteraciones medibles en la calidad de vida. Menos
frecuentemente la persistencia de la OME estará asociada
a alteraciones estructurales de la membrana timpánica
que requieran tratamiento quirúrgico (4).
Debido a la alta prevalencia de la OME, su evolución variable
desde una patología sin impacto para el paciente a una
condición que puede llegar a comprometer la calidad de
vida o la integridad de la anatomía del oído, presentamos
una puesta al día de los conceptos actuales de diagnóstico y
tratamiento de la otitis serosa. En la literatura internacional
en inglés, contamos con pautas de tratamiento tanto para
la OME como para la indicación correcta de los tubos de
ventilación timpánicos. En esta revisión se pretende dar
a conocer las principales indicaciones y sus argumentos
centrales que las sustentan.
Método
Se presenta un artículo de revisión descriptiva. Para llevarlo
a cabo, se realizó una búsqueda en Medline de la literatura
reciente asociada a otitis media con efusión, incluyendo
los artículos relacionados a otitis media recurrente y
tubos de ventilación timpánicos. Se revisaron los artículos
que contenían información relevante con respecto a
la epidemiología, evolución natural, el diagnóstico y
tratamiento de la enfermedad, para dar a conocer las
conductas actuales en el manejo práctico de la OME
tanto para médicos otorrinolaringólogos como pediatras y
médicos generales.
Consideraciones en el diagnóstico de la OME
La sospecha de OME se presenta en diferentes escenarios,
puede ser detectada en un estudio auditivo de tamizaje
neonatal o en pacientes pediátricos (6), un hallazgo del
examen físico o detectada por la sintomatología asociada
a OME como pérdida auditiva, molestia en el oído,
alteraciones del equilibrio, otalgia leve, alteraciones del
desarrollo del habla o el lenguaje, mal rendimiento escolar,
conducta inquieta, entre otros.
El examen físico es variable, el tímpano puede tener un
aspecto normal, una leve pérdida de la transparencia,
coloración rosada, hipervascularización de la membrana
timpánica, ligera retracción de la membrana timpánica,
nivel hidroaéreo o burbujas de aire que se ven por
transparencia o francamente presentar bolsillos de
retracción o atelectasia timpánica (4).
Otoscopía neumática
Desde las primeras guías publicadas para el manejo de la
Otitis media con efusión en Estados Unidos (5) se plantea
la otoscopía neumática como una forma de confirmación
del diagnóstico de OME, inicialmente se indicaba como
una técnica muy útil en manos expertas, pero ya en las
guías de la Academia Americana de Otorrinolaringología
y Cirugía de Cabeza y Cuello (AAO) de 2004 (1) aparece
como “fuertemente recomendable” la realización de esa
técnica para el diagnóstico de OME. Esta recomendación
se mantiene vigente hasta la actualidad (4), aunque se
reconoce que en estudios realizados en atención primaria
sólo entre el 7 y el 33% de los casos de OME fueron
diagnosticados con otoscopía neumática.
La otoscopía neumática consiste en insuflar aire con una
pera de goma adosada al otoscopio, mientras se observa
la membrana timpánica. Lo normal es la observación de
un ligero movimiento de la membrana con el cambio
de presión producido en el conducto auditivo externo
(CAE), pero cuando existe OME, el líquido en el oído
medio reduce en forma significativa o elimina en forma
completa esa movilidad. Esta prueba, fácil de aprender
por cualquier examinador entrenado en otoscopía, tiene
una sensibilidad de 94% para la detección de OME y una
especificidad de 80%, comparada con la timpanocentésis
(punción timpánica) (4). La limitante de la técnica está en
la poca difusión que tiene entre los médicos clínicos.
Impedanciometría
El examen más difundido para la detección de la OME es
sin duda la Timpanometría o Impedanciometría. Puede
realizarse en pacientes que no cooperan para la realización
de la otoscopía neumática o en los cuales la realización
de ésta no es concluyente. Usualmente es indolora, simple
y existen incluso aparatos portátiles para realizarla. Esta
prueba entrega una medición objetiva de la movilidad de la
membrana timpánica, al graficar la magnitud de la energía
sonora reflejada por ésta, emitida por una pequeña sonda
en el Conducto Auditivo externo (CAE). El resultado se
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 905-914]