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CAE es anormalmente bajo, se debe sospechar una sonda
en contacto con la pared del CAE o un CAE obstruido por
cerumen.
Merece una atención especial la impedanciometría
realizada en menores de 6 meses de edad. Habitualmente
se realiza con un tono de 226Hz, sin embargo, en estos
pacientes, la curva obtenida difiere mucho de la obtenida
en niños mayores. En el caso de los menores de 6 meses, se
sugiere realizar la “impedanciometría de alta frecuencia”,
que usa un tono de 1000Hz, que ha demostrado tener una
mejor sensibilidad en menores de 6 meses (7).
Se recomienda fuertemente la realización de una
impedanciometría en niños en que existe sospecha de OME
y en que la otoscopía neumática no es concluyente (4).
Consideraciones en pacientes que no pasan el
tamizaje neonatal
En los distintos programas de tamizaje neonatal, se
observa un porcentaje de pacientes que no pasan, es
decir, no obtienen el resultado esperado para confirmar
la audición normal en uno o los dos oídos. En un estudio
prospectivo de pacientes que no pasan y fueron referidos
a reevaluación se observó que el 55% de los pacientes
presentaban OME, pero de ellos el 23% tuvieron una
resolución espontánea (8). En otro estudio de cohorte se
observó que de los niños que no pasan el tamizaje neonatal
y que presentaban OME, el 11% tenía asociada a la OME
una
hipoacusia
neurosensorial (HANS)
, es decir una
hipoacusia no causada exclusivamente por la OME (9).
Muchas veces puede ser necesaria la instalación de tubos
de ventilación para completar el estudio auditivo de un
paciente que presenta OME persistente, para descartar la
hipoacusia conductiva y ver reflejado en el estudio auditivo
solo la HANS.
El tamizaje neonatal pretende, en general, identificar
recién nacidos con hipoacusia para tratar oportunamente
esta condición y así minimizar o evitar las consecuencias
en el desarrollo cognitivo y del lenguaje. La OME aparece
como una causa frecuente de falla en el tamizaje, pero
la presencia de la OME no descarta otras causas de
hipoacusia como la HANS. Por ello la AAO recomienda, en
sus guías clínicas de OME, dejar constancia de la presencia
de OME en la historia clínica de los neonatos que no
pasan el tamizaje, teniendo la precaución de aconsejar a
los padres un seguimiento estricto hasta la resolución de
la OME (independiente del tratamiento que se requiera)
y posterior reevaluación de la audición en busca de una
HANS (4).
Niños con factores de riesgo y OME
Existe un grupo especial de pacientes portadores de
OME, que son niños que presentan comorbilidades que
determinarán una susceptibilidad especial a alteraciones
del desarrollo del habla, del lenguaje y del aprendizaje
cuando se presenta conjuntamente con OME y que en
algunos casos se asocia a una prevalencia de OME más alta
que la observada en la población general.
En estos niños se recomienda una especial atención en
el diagnóstico de los factores de riesgo y se recomienda,
siempre realizar una búsqueda dirigida de OME al momento
del diagnóstico de la condición de riesgo específica y
volver a realizar pruebas de tamizaje para detectar OME a
la edad de 12-18 meses si es que el diagnóstico del factor
de riesgo es antes del año de vida (4).
Estos factores de riesgo asociados a OME son (1):
• Hipoacusia permanente, independiente de la OME.
• Alteración o retraso de lenguaje confirmado o sospechado
• Desórdenes del espectro autista u otros trastornos del
desarrollo.
• Síndromes genéticos (Down, desórdenes craneofaciales, entre
otros) que incluyen alteraciones del lenguaje o cognitivas.
• Ceguera o compromiso visual irreversible.
• Fisura palatina con o sin síndrome asociado.
• Retraso del desarrollo psicomotor.
En el caso que se diagnostique OME en un niño con factores
de riesgo y que sea de esperarse una evolución lenta (o sea
que tenga una curva tipo “B” o que la OME tenga más de 3
meses de evolución), la guía práctica de la AAO para el uso
de tubos de ventilación en niños recomienda la instalación
de los mismos (10).
Tamizaje en niños sanos en busca de OME
En contraste con los pacientes con factores de riesgo, en
los pacientes sin factores de riesgo del desarrollo, por la
presencia concomitante de OME, se espera una evolución
favorable en la mayoría de los casos.
Una evaluación sistemática de Cochrane database de los
pacientes sanos sometidos a tamizaje en busca de OME
no mostró diferencias significativas en el desarrollo de la
comprensión de lenguaje o en el lenguaje expresivo entre
los pacientes tratados precozmente por OME detectados
con esta estrategia (11).
Si consideramos la hipoacusia, una impedanciometría
tipo “B” tiene un valor predictivo positivo para hipoacusia
de un 33-49% (12), es decir es muy frecuente encontrar
pacientes con OME que no presentan hipoacusia. En esos
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 905-914]