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casos el tratamiento, como se verá más adelante, es solo
observar al paciente; por lo tanto, el tamizaje no tendría
una efectividad en conducir a medidas terapéuticas
efectivas.
Finalmente, la alta prevalencia de la OME en la población
(15-40% de los preescolares sanos) haría que el porcentaje
de derivación con ese tamizaje fuera muy alto para conducir
a pocas intervenciones de utilidad discutible (3,4).
En resumen, se recomienda no realizar tamizaje rutinario
en pacientes asintomáticos y sin factores de riesgo para la
presencia de OME (4).
Esta última recomendación se refiere al tamizaje para OME,
pero no modifica las pautas de tamizaje auditivo sugeridas
por la Academia Americana de Pediatría (6).
Evaluación auditiva en niños con OME
Como se indicó previamente, la OME no siempre
compromete la audición de los pacientes y podría
observarse hipoacusia en cerca del 50% de los pacientes
con OME según los criterios que se use para el diagnóstico
de OME. La pérdida auditiva de conducción observada en
OME se ha visto que varía entre 10-15db (sobre el umbral
en el mismo paciente sin OME), con un promedio de umbral
auditivo de 28db (normal menor de 20db) (13).
Dada la alta prevalencia y que existe un importante
porcentaje de resolución espontánea de la OME y
considerando que el compromiso auditivo será un riesgo en
pacientes en que persista por largo tiempo, la evaluación
auditiva se recomienda en pacientes en que la OME tiene
más de 3 meses de evolución desde la instalación o desde
el diagnóstico (si la fecha de inicio es incierta). También
en los pacientes que tienen factores de riesgo para la
presencia de OME y los pacientes en que se prevé instalar
tubos de ventilación de oídos se debe realizar estudios
auditivos (4).
Las evaluaciones auditivas deben ser adecuadas a la edad
de cada paciente. En general, desde el nacimiento y hasta
aproximadamente los 6 meses de edad, la evaluación
auditiva se realizará con examen de potenciales evocados
auditivos de tronco cerebral. Entre los 6 meses de edad
y los 2 años y medio de edad se podrá realizar también,
en la mayoría de los pacientes, una audiometría con
refuerzo visual (el estímulo sonoro se acompaña de una
imagen visual atractiva y el niño se condiciona a dirigir
la mirada). Este último se puede realizar con auriculares
(lo que permite la evaluación auditiva de cada oído por
separado) o, si el paciente no los tolera, a campo libre, es
decir, con parlantes ambientales. En este caso, el resultado
medido, corresponderá al oído con mejor audición. Entre
los 2 y medio y los 4 años se podrá evaluar la audición con
una audiometría de juego, en que el niño se condiciona
a ejecutar una acción cuando recibe el estímulo auditivo.
Desde los 4 años de edad, la mayoría de los niños puede
responder una audiometría tonal convencional, similar a la
realizada en los adultos (6).
La evaluación de la audición en menores de 4 años siempre
deberá individualizarse según las condiciones de cada
paciente y lo que se expone en el párrafo anterior son
recomendaciones generales, pero en muchos casos tendrá
que evaluarse, entre el otorrinolaringólogo y el audiólogo
clínico, la estrategia adecuada para obtener la información
más precisa posible sobre la audición del paciente en
cuestión.
Información al paciente con OME
Ya se mencionó la importancia de informar y explicar la
presencia de OME en un paciente que no pasa el tamizaje
auditivo neonatal. Esto es, para asegurar el adecuado
seguimiento, que permita corregir la hipoacusia y
establecer con certeza la presencia o no de otras causas
de hipoacusia.
En el caso de los pacientes en que se ha diagnosticado
OME, existe la recomendación de informar la historia
natural de la enfermedad, la necesidad de seguimiento y
la posibilidad de secuelas.
Dentro de los factores de riesgo para la ocurrencia de OME,
ya se mencionó que puede ocurrir luego de una infección
respiratoria aguda, asociada a la disfunción de la trompa
de Eustaquio propia de la infancia o como resultado de una
OMA.
También existen otros factores que favorecen la formación
de OME como la edad, dada la anatomía de la trompa
de Eustaquio en los niños (menores de 4 años es más
horizontal y más fácilmente colapsable), el ser fumadores
pasivos, el sexo masculino y asistir a sala cuna. En los
pacientes mayores de 5 años existe una condicionante
genética significativa (4).
Por otro lado, en pacientes que tuvieron lactancia materna
(menos riesgo mientras más tiempo de lactancia), ésta es
un factor favorecedor o de menor riesgo de OME.
En alrededor del 75% de los pacientes con OME, se resuelven
dentro de los 3 primeros meses cuando ésta ocurre
después de una OMA. Si la OME es de inicio espontáneo
[Otitis media con efusión: Diagnóstico y manejo práctico - Dr. Francisco Tocornal y col.]