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El electrocardiograma (ECG) es la piedra angular en la

evaluación del dolor torácico y del SCA, si bien el dolor

por si solo es suficiente para plantear el diagnóstico de

SCA, el ECG es de vital importancia en la estratificación de

riesgo, y clave en la diferenciación del SCA con o sin ascenso

del segmento ST, lo cual lleva asociado estrategias tera-

péuticas distintas (1-6). La interpretación del ECG en el

adulto mayor ofrece algunos desafíos por la más frecuente

presencia de alteraciones basales como: hipertrofia ventri-

cular izquierda, trastornos de la conducción intra-ventri-

cular, fibrilación auricular o presencia de estimulación por

marcapaso. La presencia de bloqueo de rama izquierda en el

ECG se encuentra en el 33% de los mayores de 75 años en

los registro y solo en el 3% en los estudios clínicos contro-

lados (1,2). En el registro nacional norteamericano de IAM

la proporción de los pacientes con SCA sin ST con ECG no

diagnóstico fue del 23% en pacientes menores de 65 años,

y de 43% en los mayores de 85 años (18).

Marcadores de daño miocárdico

La Troponina I y T son proteínas del complejo contráctil que

solo se encuentran en los cardiomiocitos, por lo que son

específicas de daño miocárdico, pero no necesariamente de

la causa que la aumenta, no solo el IAM, sino otras patolo-

gías como la insuficiencia cardiaca, la embolia pulmonar, la

miocarditis, taquiarritmias, sepsis y falla renal entre otras

pueden elevarlas (19,20). Sin embargo, son el patrón de oro

para el diagnóstico de infarto al miocardio. La sensibilidad

es de 40% a las 4 horas del infarto (angor), alcanzando un

95% a las 8 horas, por otro lado su elevación es un factor

de mala evolución en los SCA (20). En la población de más

de 75 años es frecuente encontrar insuficiencia cardiaca,

fibrilación auricular, insuficiencia renal, potenciales causas

de elevación de la Troponina, por lo que el juicio clínico en

la interpretación adquiera gran valor en el manejo de estos

paciente (7,20).

Estratificación del riesgo del SCA

En la actualidad tenemos múltiples tablas de riesgo que

podemos utilizar para estratificar el riesgo en los pacientes

son síndrome coronario agudo, con o sin ascenso del ST, en

la practica clínica. Cabe destacar que en todas ellas la edad

es un factor de mal pronóstico independiente: Las Tablas de

riesgo más utilizadas son la de TIMI con y sin ST, GRACE y

HEART

(www.qxcalculator.com)

.

Una vez planteado el diagnóstico de síndrome coronario

agudo en el adulto mayor, se debe realizar la estratifica-

ción de riesgo clínico o mediante las tablas de riesgo antes

mencionadas que nos permitan predecir resultados a corto y

mediano plazo (3-6). Entre las escalas de riesgo está la

Throm-

bolysis in myocardial infarction

(TIMI) que permite estimar el

riesgo de muerte o evento cardiovascular (CV) en los primeros

14 días después de un SCA (3-6)

(www.qxcalculator.com)

,

las variables evaluadas al momento del ingreso son: edad

>

65 años, tres factores de riesgo coronario, presencia de

estenosis coronaria

50%, el descenso del segmento ST en

el ECG, dos episodios anginosos en últimas 24 horas, el uso

de AAS y niveles alterados de los biomarcadores de daño

cardíaco. La presencia solo de la edad mayor de 65 años le

confiere un riesgo de muerte o evento CV de 4.7% a los 14

días. Por otro lado la tabla

Global Registry of Acute Coronary

Events

(GRACE), obtenida de la base de datos de un registro

de 94 hospitales en 14 países, nos muestra el riesgo de

muerte a los 6 meses de un SCA, y utiliza como variables

a la edad, la clasificación Killip de insuficiencia cardiaca

post IAM, los antecedentes de IM, la frecuencia cardíaca,

la presión arterial sistólica, el descenso del segmento ST en

el ECG, el nivel de creatinina, la alteración de los biomar-

cadores de daño cardíaco y la disponibilidad o no en el

hospital de angioplastía primaria. En esta tabla se da un

puntaje a cada variable, una puntuación más alta coincide

con un mayor riesgo de muerte en los primeros 6 meses tras

el evento agudo (3-6,21). Teniendo en cuenta estas tablas

de riesgo, la gran mayoría de los ancianos mayores de 75

años y, sobre todo, los mayores de 85 años presentarán un

alto riesgo de mortalidad o evento cardiovascular (22).

Como hemos visto, la edad es un factor de riesgo, que

aumenta la incidencia, la prevalencia, y empeora el

pronostico del SCA con o sin elevación del ST, que no

podemos modificar, sin embargo hay en el adulto mayor

condiciones clínicas asociadas a ella que ninguna tabla de

riesgo incluye, como son la fragilidad, entendida como un

estado de disminución de la reserva orgánica que provoca

una pérdida de funcionalidad y de la fuerza, la presencia

de discapacidad y por último la presencia de comorbilidad

(1,2,21-24). Hay que considerar en el anciano la movi-

lidad y su capacidad para realizar las actividades básicas

de la vida diaria (ABVD), el estado nutricional, así como

la función cognitiva y la medicación previa que recibe

(14,22). Cada una de estas condiciones es independiente

de la edad, si bien aumentan con ella (14-22); además, es

por todos conocido que la edad biológica no es igual a la

cronológica y esto es lo que no consideran las tablas que

predicen riesgo (21-23 y

www.qxcalculator.com

). Es nece-

sario saber que la fragilidad en los ancianos es frecuente,

sobre todo en los pacientes hospitalizados, y es un factor

de mal pronósticos independiente en el síndrome coro-

nario agudo (23,24). Mientras estos factores no se agre-

guen de alguna manera a las tablas de riesgo ya conocidas,

no tendremos una idea más clara de la probable evolu-

ción del SCA en ancianos y del riesgo de morbi-mortalidad

alejada (14,21-24).

[MANEJO DEL SÍNDROME CORONARIO AGUDO EN EL PACIENTE ADULTO MAYOR - Dr. Marcelo Llancaqueo]