768
1. Mattison JB .Morphinism in medical men . JAMA 1894.
2. Halsted W. Practical comments on the use and abuse of
cocaine; suggested by its invariably successful employement
in more than a thousand minor surgical operations. N Y Med J
1885.
3. Angres D, Talbott D. Healing the Healer, The Addicted
Physician. Phycosocial Press 1999.
4. Coombs Robert. Drug- Impaired Professional. Harvard
University Press 1997.
5. Gravenstein J. Drug Abuse by Anesthesia Personnel Anesth
Analg 1983;62:467-72.
6. Ikeda R et al. Diversion Programs for Impaired Physicians.
West J Med 1990 May; 152:617-621.
7. Lutsky I et al, Use of psychoactive substances in three medical
specialties: anaesthesia, medicine and surgery. Can J Anaesth.
1994 ; 41(7):561-7.
8. Lutsky I et al . Psychoactive substance use among american
anesthesiologists: a 30- year retrospective study. Can J
Anaesth. 1993 40: 10 p 915-21.
9. Bennet J. Substance misuse by doctors, nurses and others
healthcare workers. Current Opinion Psychiatry 2001; 14:
195-199.
10. Krizek T. The impaired surgical resident. Surg Clin N Am 2004;
Vol. 84, p 1587–1604.
11. Milling T. Drug and Alcohol Use in Emergency Medicine
Residency: An Impaired Resident’s Perspective. Ann of Emerg
Med August 2005; Volume 46, Nº 2.
12. Majid Sadeghi. Substance Use Among Medical Residents in
Tehran, Iran. Addictive Disorders & Their Treatment 2005; Vol.
4, Nº 3.
13. Baldisseri M et al. Impaired healthcare professional. Crit Care
Med 2007; Vol. 35, Nº 2.
Los autores declaran no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
La educación al personal de salud, respecto de esta enfer-
medad y sus manifestaciones clínicas de consumo y absti-
nencia, motiva valorar y cumplir las medidas de control
de sustancias y permite pesquisar precozmente casos.
Aunque no existan estudios que evalúen la utilidad de
realizar pruebas psicológicas y/o test de abuso de sustancias
a los postulantes a la especialidad de anestesiología, creemos
razonable realizar este tamizaje por la asociación existente
como factores de riesgo (26,39).
CONCLUSIÓN
La adicción a opioides y otras substancias de uso profe-
sional es una enfermedad que está presente en el ambiente
de pabellón habiendo clara evidencia de que el personal de
anestesia (anestesiólogos y otros) son quienes tienen más
riesgo de sufrirla.
El enfoque integrativo biopsicosocial permite entender
como interactúan las condiciones neurobiológicas preexis-
tentes, los factores de riesgo adquiridos y la disponibilidad
laboral de la sustancia para desarrollar una adicción.
Así podríamos definir que se trata de una enfermedad cere-
bral primaria que se desarrolla frente a la exposición laboral a
sustancias altamente adictivas.
Las consecuencias más graves son un mayor riesgo de muerte
asociado a sustancias y alta letalidad en residentes cuando se
hacen dependientes a estos agentes.
Crear conciencia en el ambiente profesional, centros de
formación de especialistas y en las instituciones ha sido uno
de los principales objetivos para sustentar las medidas de
control, pesquisa, tratamiento y rehabilitación.
La reinserción laboral solo es posible cuando se dan las
condiciones óptimas en el enfermo y en el servicio donde
será reinsertado, con el fin de aumentar la probabilidad de
éxito y minimizar las consecuencias de una recaída.
En países como
EE.UU., Canadá, Australia, España, Inglaterra
y otros, las organizaciones médicas, científicas y gremiales,
a través comités de salud ocupacional, se encargan de
mantener constantes niveles de conciencia del problema, de
fomentar conductas de protección personal, dar recomenda-
ciones de control de sustancias y crear programas de apoyo
a quienes se ven afectados por esta enfermedad en su trata-
miento y reinserción laboral.
Finalmente un análisis de cada caso permitirá determinar que
médicos afectados pueden reinsertarse en la especialidad y
para quienes la reinserción es un riesgo demasiado alto.
En ambos casos el propósito más importante es resguardar
la salud del médico, la de sus pacientes, el bienestar de su
familia y el propio desarrollo profesional.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 756-769]