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TEMPRANAS
•
Arritmias
•
Daño vascular
•
Neumotórax
•
Hemotórax
•
Taponamiento cardiaco
•
Lesión neurologica
•
Embolización (incluyendo alambre guía, catéter, o aire)
TARDÍAS
•
Infección
•
Trombosis
•
Embolización
•
Erosión/perforación de vasos sanguíneos
•
Taponamiento cardiaco
•
Daño linfático
•
Fistula arteriovenosa
TABLA 3. COMPLICACIONES DE UNA INSERCIÓN DEL
CATÉTER VENOSO CENTRAL
el brazo o de que haya salido de la vena. Si se aplica una fuerza
excesiva se puede empujar fácilmente el cable guía a través de
la pared de la vena hacia el espacio pleural, el mediastino u otras
estructuras. Los dilatadores y catéteres que se pasen a través
de esa guía solo agrandarán el desgarro producido en esa vena.
Si una guía esta doblada o angulada agudamente y se aplica
una fuerza adicional al dilatador o al catéter, este puede rasgar
la vena. La guía debe ser revisada frecuentemente durante el
procedimiento de inserción del catéter para asegurarse de que
se mueve libremente a través del dispositivo de manera de
evitar la distorsión o la creación de una falsa vía. Si se siente
alguna resistencia, el procedimiento debe detenerse o se deben
obtener mas imágenes para guiar otras accesos alternativos. Los
intensificadores de imágenes son la herramienta optima para
estas situaciones, pero es poco frecuente su utilización para la
inserción de catéteres de centrales por corto tiempo.
Daño arterial
La inserción de agujas, alambres guía, dilatadores, y catéteres
puede dañar las arterias en el sitio de la punción o más central-
mente. Un hematoma o falso aneurisma puede producir
pérdida de piel y tejido, daño del nervio y compresión de la vía
aérea. La disección arterial, trombosis, embolía y la canulación
no intencional pueden causar isquemia, que en el caso de la
arteria carótida tiene especial relevancia.
Si se punciona una arteria solamente con una aguja usual-
mente es suficiente removerla del vaso y comprimir durante
5 a 10 minutos.
Se recomienda
no
remover catéteres de más de 9 Fr sin un
cierre quirúrgico o percutáneo. En el corto plazo generalmente
es seguro dejar dilatadores, catéteres y guías
in situ,
especial-
mente en pacientes heparinizados, mientras la situación es
evaluada por cirujanos y radiólogos. ¡Ante la duda no retire el
dispositivo!
La inserción accidental de un catéter intraarterial puede ser
confundida clínicamente con disfunción del catéter, sangra-
miento retrógrado, alarmas de la bomba de infusión y signos
de trombosis (por ejemplo un accidente vascular cerebral). El
sangramiento puede no verse hasta la remoción del catéter.
La remoción de catéteres de la arteria carótida tiene el riesgo
de producir trombos y émbolos hacia el cerebro y sangra-
miento. Las opciones preferidas ante esta situación son la
heparinización sistémica (si no esta sangrando) y la remoción
del dispositivo ya sea quirúrgicamente o asociado a la insta-
lación de un
stent
por un radiólogo (26). La extracción del
catéter y presionar por 20 minutos para prevenir el sangra-
miento arterial tiene el riesgo de producir una isquemia cere-
bral debido a un hematoma compresivo, embolo y falta de
flujo sanguíneo.
Colecciones pleurales
Generalmente se produce neumotórax luego del daño produ-
cido por la aguja durante la punción en la vena subclavia, pero
puede ocurrir por daño del catéter o de la guía de alambre.
Debiera evitarse con ultrasonido. La colocación del catéter
pleural permite que las infusiones produzcan efusión pleural,
y si el catéter atraviesa la vena, se puede desarrollar un hemo-
tórax al extraer el catéter.
Hemotórax/peritoneo
Las rasgaduras de venas centrales ocurren probablemente
con más frecuencia de lo que se piensa, no siendo percibido
debido a que la baja presión de las venas permite al tejido
conector, músculos, u otras estructuras detener el sangra-
miento. Cuando una rasgadura se conecta con una cavidad
pleural de baja presión se produce una hemorragia masiva
(27). Las venas adyacentes a la pleura incluyen la vena cava
superior (borde derecho), sistema de las venas ácigo, sistema
hemiácigo (a la izquierda) y las mamarias internas (Figura 4).
El daño arterial produce problemas similares, donde una
perforación con una aguja puede causar una hemorragia
severa. Las arterias subclavias protruyen en la cavidad pleural.
El sangrado de una arteria relativamente grande y más
distante puede extenderse a la cavidad pleural. El manejo
se basa en drenaje, mantener los dilatadores/catéteres en el
lugar para reducir el sangrado, y una reparación quirúrgica o
radioloógica urgente.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 713-726]