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INTRODUCCIÓN

La consulta en forma repetida a consultas pediátricas o a los

servicios de urgencia u hospitalización de niños y adoles-

centes nos plantea un dilema de diagnóstico y tratamiento al

estar fuertemente ligados a factores emocionales y vinculares.

Consumen muchos recursos en los sistemas de salud y somete

al paciente a muchas consultas y procedimientos que pueden

afectar aspectos de su salud mental. Requieren, por lo tanto, de

un diagnóstico integral, participando profesionales de enlace

con salud mental, que permitan visualizar situaciones que

pueden estar predisponiendo o manteniendo la enfermedad.

El presente artículo revisará aspectos relevantes contribuir al

trabajo clínico pediátrico preventivo y de tratamiento.

Una parte de este grupo de consultantes lo constituyen los

niños y adolescentes con trastornos de somatización. Los estu-

dios de prevalencia en niños con trastornos somáticos son

escasos, pero, los que existen indican que son comunes entre

los niños, constituyendo alrededor del 10 a 15 % de la consultas

en servicios médicos (1). A pesar que los estudios indican que

muchos padres enfrentan los síntomas somáticos de sus hijos

sin acudir a servicios médicos, los padres que consultan han

aumentado considerablemente en los últimos años (2).

En Chile los estudios de prevalencia de adultos consultantes

en la atención primaria alcanza un 17.7% (3). Esto tiene impor-

tancia en la población infanto-juvenil, pues hay una rela-

ción entre el trastorno padecido por los padres y la mayor

posibilidad que sus propios hijos desarrollen este trastorno

comparados con la población general (1). Intervienen muchos

factores de riesgo personales y familiares, los cuales se pueden

pesquisar y realizar intervenciones preventivas tempranas,

evitando la interferencia en el desarrollo psicoemocional en la

evolución de las enfermedades y la transmisión intergenera-

cional de patrones de relaciones.

En términos de salud pública, los pacientes poli-consultantes

en adultos llegan a consumir aproximadamente un tercio de

los gastos en salud, un 30% del total de pacientes adultos

consume un 80% de las consultas de los centros de salud (3)

siendo un factor a tomar en cuenta en las intervenciones que

se realizan con este grupo de pacientes por parte del equipo

de salud.

Otro grupo de pacientes pediátricos o de adolescentes

poli-consultantes, son los pacientes diagnosticados como

trastorno facticio aplicado a otro, denominados también como

Síndrome de Münchausen

by proxi

(por poder), refiriéndose

a falsificación de signos o síntomas físicos o psicológicos,

o inducción de lesión o enfermedad, en otro, asociada a un

engaño identificado, por parte del cuidador (a), presentando al

niño como enfermo, incapacitado o lesionado.

Este trastorno es de baja frecuencia, pero una forma de

maltrato grave que puede ocasionar daños físicos y mentales

severos, por lo que es necesario tenerlo en cuenta en el grupo

de pacientes poli-consultantes de los cuales la evolución no es

comprensible ni hay una respuesta terapéutica habitual.

Se ha destacado en la literatura revisada que estos grupos de

pacientes, aunque son pocos en cuanto a frecuencia, genera un

importante consumo de recursos (4) y una sobrecarga asisten-

cial que afecta negativamente tanto al servicio de salud como al

paciente, al exponerse a evaluación por diversos profesionales, a

repetición de exámenes o un peor seguimiento (5-9).

En el presente artículo se revisará la bibliografía sobre pacientes

poli-consultantes somatomorfos y pacientes poli-consultantes

relacionados con el síndrome Münchausen

by Proxi

o por poder

PACIENTES PEDIÁTRICOS Y ADOLESCENTES CON

TRASTORNOS DE SOMATIZACIÓN

Los trastornos de somatización son definidos de acuerdo al

Manual de Clasificaciones Americano DSM-5 (10) bajo el capí-

tulo de trastorno de síntomas somáticos y trastornos rela-

cionados, considerando dos tipos de trastornos: Trastorno de

síntomas somáticos (300.82) y Trastornos de ansiedad por

enfermedad (300.7).

De acuerdo a esta clasificación estos trastornos se definen

según los siguientes indicadores:

Trastornos de síntomas somáticos (300.82)

A.

Uno o más síntomas somáticos que causan malestar o dan

lugar a problemas significativos en la vida diaria.

B.

Pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos

relacionados con los síntomas somáticos o asociados a la preo-

cupación por la salud como se pone de manifiesto por una o

más de las características siguientes:

1.

Pensamientos desproporcionados y persistentes sobre la

gravedad de los propios síntomas.

2.

Grado persistentemente elevado de ansiedad acerca de la

salud o los síntomas.

3.

Tiempo y energía excesivos consagrados a estos síntomas

o a la preocupación por la salud.

C.

Aunque algún síntoma somático puede no estar continua-

mente presente, el trastorno sintomático es persistente (por lo

general más de seis meses).

Trastorno de ansiedad por enfermedad (300.7) (F45.21)

A.

Preocupación por padecer o contraer una enfermedad

grave.

B.

No existen síntomas somáticos o, si están presentes, son

únicamente leves. Si existe otra afección médica o un riesgo

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(6) 923-931]