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22

C. Borzellino

et al.

/ Cir Cardiov. 2016;

23(1)

:18–23

Figura 9.

Exposición y estabilización de

la arteria descendente anterior.

Figura 10.

Anastomosis

safeno-descendente anterior.

de

2mg/kg

para mantener

un

TCA

alrededor

de

300 s,

se

coloca

estabilizador coronario de doble acción: presión y succión, Acrobat

V

(Maquet), abrimos

la arteria y

se

introduce

shunt

intracoronario

Flo-Thru

(Synovis).

Las

anastomosis

se

realizan

en

forma

secuen-

cial,

latero-lateral

de

la

safena

al marginal

y

termino-lateral

de

la

safena

a

la descendente posterior

con

sutura

continua de polipro-

pileno

7-0.

Al

concluir

cada

anastomosis

efectuamos

evaluación

del flujo mediante

el

uso

del

Flow-meter

(Medistim).

La heparina

es

revertida

con protamina

i.v.

y procedemos

a una

rigurosa

revi-

sión hemostática del

área operatoria. Dos

tubos de drenajes Blake

24 French

(Johnson

y

Johnson)

son

colocados

anterior

y

posterior

al

pulmón

izquierdo

con

sumo

cuidado

para

no

interferir

con

el

injerto.

Un ecocardiograma

transesofágico final

( fig. 8 ) n

os proporciona

información

adicional

posterior

al

procedimiento

realizado

que

complementa

la medición de flujos.

Resultados

A

lo

largo

del

periodo

objeto

(PO)

de

nuestro

estudio,

95

pacientes

fueron

sometidos

a

reintervención

de

cirugía

corona-

ria

siguiendo

la

estrategia

quirúrgica

antes mencionada.

La

edad

promedio de

la

serie

fue de 69,68 a˜nos, hubo 33 pacientes de

sexo

femenino

(35%), un

solo paciente

falleció

en

esta

serie

al

segundo

día del PO de

forma súbita, estando ya en el área de hospitalización,

probablemente

por

fibrilación

ventricular,

para

una

mortalidad

operatoria del 1,05%. Lamayoría de ellos fueron abordados por tora-

cotomía anterior

izquierda: 68 pacientes

(72%), 15 por

toracotomía

posterolateral

izquierda

(16%), 8 por abordaje

subxifoideo

(8%) y 4

por

toracotomía anterior derecha

(4%). La

cirugía

fue

realizada

con

el

corazón

latiendo

en

todos

los

casos.

Ningún

paciente

ameritó

conversión

a

circulación

extracorpórea

y

ninguno

tampoco

ame-

ritó

conversión

a

esternotomía mediana. Noventa

y

tres pacientes

fueron

extubados

en

la

sala

de

operaciones

(93%),

como

parte

del

protocolo

de

recuperación

rápida

y

sostenida

de

nuestro

servicio.

Dos pacientes

(2%)

ameritaron

revisión hemostática por

sangrado

en el postoperatorio inmediato: enun caso se trató de sangramiento

por

ramo

colateral de

la vena

safena utilizada

como

injerto, mien-

tras

que

el

otro

fue

por

vaso

de

la

pared

torácica.

El

promedio

de

estancia

en

la

UCI

fue

de

23,6 h,

y

el

promedio

de

estancia

hos-

pitalaria,

de

50,4 h,

es

decir, menos

de

3 días.

Tres

pacientes

(3%)

presentaron

fibrilación

auricular

postoperatoria.

La

evolución

de

las heridas quirúrgicas de estos pacientes

fue muy satisfactoria. No

hubo ninguna

infección profunda, y

solamente 5 pacientes

(5,26%)

presentaron

infecciones

superficiales,

todos de

sexo

femenino

con

mamas

voluminosas.

Dos

pacientes

(2,1%)

presentaron

derrame

pleural

postoperatorio,

pero

en

ninguno

fue

necesario

drenarlo

porque

se

resolvieron

espontáneamente. No hubo ningún

caso de

paresia del nervio

frénico

izquierdo porque manejamos con mucha

precaución

la

disección

cerca

de

él

utilizando

el

bisturí

armónico

en

lugar del bisturí eléctrico

convencional.

Discusión

A

pesar

de

que

algunos

autores

reportan

una

disminución

del

índice de

reintervenciones

coronarias debido

al

incremento

en

los

procedimientos de angioplasti

a 12 , e

n otros

centros

la

tendencia es

lo

opuesto,

hacia

un

incremento

continuo.

En

el

Reino Unido,

las

estadísticas

indican que un 5% del

total de

intervenciones cardiacas

están

representadas por

reintervenciones con una mortalidad ope-

ratoria del 7,4%, comparada con el 2,5% cuando

se

trata de primera

cirugía,

lo

cual

significa

el

triple

del

riesgo

operatorio.

En

nues-

tro

servicio

la

tendencia

ha

sido

la

segunda,

es

decir,

incremento

sostenido

desde

que

los

resultados

han mejorado

notablemente.

La

estrategia

mostrada

en

el

presente

estudio

ha

demostrado

ampliamente

su eficacia, no

solamente por

la muy baja mortalidad

operatoria, de apenas 1,05%, sino también el resto de

los resultados,

tales

como

la fibrilación

auricular

del

3%,

revisiones

por

sangrado

del 2% e

infecciones superficiales del 5,26% que permitieron

la extu-

bación

del

93%

de

los

pacientes

en

la

sala

operatoria,

y

el

75%

de

ellos se

incluyeron en nuestro protocolo de Ultra-Fast-Track, siendo

egresados

al

hogar

dentro

de

las

72 h

del

periodo

postoperatorio.

Esto

es

lo

que

ha

entusiasmado

a

los

cardiólogos

a

aumentar

sus

referencias

de

pacientes

para

nuevos

procedimientos

coronarios

en

lugar de

insistir en angioplastias que no

tienen

indicación, como

ocurre

en

otros

centros,

donde

el

riesgo

operatorio

genera

temor

en

los pacientes y en

los

colegas

tratantes.

Sabemos

que

es

necesario

difundir más

este

tipo

de

estrategia

y

técnicas para evaluar un mayor número de pacientes y así poder

confirmar estos

resultados en series más significativas.

Igualmente

debemos enfatizar en

la necesidad de realizar una revascularización

completa

y

con

el

uso

de

injertos

arteriales

en

la

primera

cirugía

con

la finalidad de prevenir

en

lo posible

la necesidad de

efectuar

reintervenciones coronarias a

futuro. Esta es

la

tendencia actual de

nuestro

servicio.

Conclusiones

Aun cuando se requiere unamayor serie de pacientes e

inclusive

ampliar el presente estudio a otros

centros, podemos

concluir que

empleando

la

estrategia

preoperatoria

de

evaluación,

las

técnicas