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226

M.L. Polo

López

et al.

/ Cir Cardiov. 2016;

23(5)

:220–228

0

10

I

II

III

IV

1,3

6,5

47,6

23,4

Preoperatorio

Postoperatorio

38,1

68,8

8,3

6

20

30

40

50

60

70

Grado funcional pre y postoperatorio

Figura 6.

Grado

funcional

(escala NYHA) expresado en porcentajes respecto al

total

de pacientes.

Tabla 6

Datos

correlacionados

de

23

pacientes

con

implante

de

bioprótesis

pulmonar

y

resonancia magnética pre y postoperatoria

Preoperatorio

Postoperatorio

p

FRP

(%)

41

±

27

6,6

±

7,8

0,001

VTSVD

(ml/m

2

)

111

±

38

68

±

31

0,001

VTDVD

(ml/m

2

)

183

±

60

113

±

36

0,001

FEVD

(%)

37

±

9

41

±

10

0,057

FEVI

(%)

54

±

11

56

±

10

0,49

En

las columnas desde

la

izquierda hasta

la derecha

se consignan,

respectivamente,

los valores preoperatorios, postoperatorios y

el valor p de

significación

estadística,

que

resulta de

la

comparación de

los valores anteriores.

En negrita aparecen marcados

los valores de p

con

significación estadística.

FEVD:

fracción

de

eyección

del

ventrículo

derecho;

FEVI:

fracción

de

eyección

del

ventrículo

izquierdo;

FRP:

fracción

de

regurgitación

pulmonar;

VTDVD:

volumen

telediastólico

del

ventrículo

derecho; VTSVD:

volumen

telesistólico

del

ventrículo

derecho.

Durante el seguimiento, en 31 pacientes (43%) se hizo cardiorre-

sonancia

de

control.

La

tabla 6 m

uestra

la

repercusión

que

tiene

sobre el VD el

implante de una bioprótesis pulmonar, objetivándose

disminución de

la

insuficiencia pulmonar y

reducción de

los volú-

menes del VD

significativas, aunque

la

contractilidad biventricular

no

se modifique.

Discusión

Nuestros

adultos

con

SF operados durante

su ni˜nez

sobrevivie-

ron

a

las

primeras

reparaciones

completas

realizadas

en

nuestro

país. Habitualmente,

presentan

grandes

ventriculotomías

e

insu-

ficiencia

pulmonar

severa

como

secuelas

asociadas

al

parche

transanular.

Sus

indicaciones

más

frecuentes

de

reintervención

(76,7%)

se

relacionan

con

la

patología

valvular

pulmonar

en

con-

sonancia

con

otras

publicacione

s 14 .

Nuestra

segunda

causa

de

reintervención es

la patología valvular aórtica

(11,1%),

seguida por

los

defectos

septales

residuales

(7,8%)

y

la

patología

tricúspide

(4,4%).

La

insuficiencia

pulmonar

,

aunque

se

tolera

clínicamente

bien

durantemuchos a˜nos, sobrecarga de volumen al VD, que primero se

dilata y finalmente deteriora su contractilidad. Entonces aparece

la

clínica, acompa˜nada de disfunción ventricular

izquierda

si además

se altera

la

sincronía biventricular.

El

recambio

valvular

pulmonar

para

tratar

una

insuficiencia

pulmonar

severa

en

un

paciente

sintomático

y/o

con

progresiva

dilatación

o

disfunción

del VD

es

indudable.

El momento

ideal

de

hacerlo en

los asintomáticos no está clar

o 15 . L

as guías clínicas valo-

ran

principalmente

para

indicar

una

reintervención

el

deterioro

clínico y/o

las arritmias relacionadas con

la

insuficiencia pulmonar.

En pacientes asintomáticos

importamás el progresivo deterioro del

VD medido con

resonancias seriadas que

los valores absoluto

s 16 , l

a

insuficiencia

tricúspide progresiva y

la existencia de otras

lesiones

residuales que

requieran

cirugía.

Respecto

al

sustituto

valvular

pulmonar

de

elección,

aunque

todos

los

que

actualmente

existen

en

el

mercado

tienen

dura-

ción

limitada

y

precisan

reoperaciones,

parece

haber

consenso

internacional

hacia

los

biológicos.

Los

homoinjertos

no

precisan

anticoagulación,

su

hemodinamia

inicial

es

excelente

y

en

jóve-

nes

asocian una degeneración precoz que

acorta

su durabilida

d 17 .

Las bioprótesis no requieren anticoagulación permanente, su dura-

ción a 20 a˜nos

supera el 80

% 18 y

permiten hacer

intervencionismo

a

su

través.

Las

prótesis mecánicas

exigen

siempre

una

óptima

anticoagulación,

dificultan

o

imposibilitan

los

procedimientos

hemodinámicos

a

su

través y

en posición pulmonar no duran más

que

las bioprótesi

s 19 .

La

prótesis

pulmonar

percutánea

es

un

abordaje

complemen-

tario

a

la

cirugía

prometedor,

aunque

actualmente

no

similar,

puesto

que

tiene

que

demostrar

una

durabilidad

equiparable

a

esta.

La

experiencia

reportad

a 20 m

uestra

escasas

complicaciones

periimplante

haciendo

coronariografía

y

pre-stent

previos;

en

2

a˜nos

de

seguimiento

medio,

hasta

un

30%

necesita

otro

nuevo

procedimiento

percutáneo

o

quirúrgico.

Las

complicaciones más

frecuentes son

las

fracturas del stent, que producen gradientes ele-

vados

con

disfunción

protésica,

necesidad

de

reintervenciones

y

endocarditis.

Por

todo

esto,

pensamos

que

debe

individualizarse

este

implante

percutáneo,

indicándolo

actualmente

de

manera

colegiada en pacientes

con prohibitivo

riesgo quirúrgico.

El

implante

quirúrgico

de

una

bioprótesis

elimina

la

insu-

ficiencia

pulmonar

y

permite

tratar

las

lesiones

asociadas.

Posteriormente,

los síntomas mejoran, se

reducen

los volúmenes y

lamasa del VD en casi todos

los pacientes, optimizándose el

llenado

ventricular

izquierdo y

la

sincronía biventricula

r 21 . E

sta

reducción

del VD

se

observa

a partir de

los 6 meses postimplante

y

se

cuan-

tifica con

resonancia magnética, aunque su

recuperación contráctil

solo aparece operando en

las

fases

iniciales de dilatación. Los

jóve-

nes

sintomáticos

parecen

beneficiarse más

del

recambio

valvular

pulmona

r 22 y

también

presentan mayor

deterioro

estructural

del

sustituto

pulmonar,

acortándose

su

durabilida

d 23 .

La

bioprótesis

pulmonar no parece modificar

la

incidencia de

taquicardia ventri-

cular nimuerte súbita a lo largo del seguimient

o 24 , p

or lo que no hay

evidencia de una mejor supervivencia posterior de estos pacientes.

Actualmente,

se

recomienda

interponer

la bioprótesis

antes de

que el

fallo del VD sea

irreversible. Varios estudios comparan el VD

con

cardiorresonancia

pre

y

postinterposición

de

válvula

pulmo-

nar,

intentando

ajustar

el momento

idóneo

para

reoperar

las

SF,

indicando volúmenes

telediastólico y

telesistólico

inferiores

a 170

y 90ml/m

2

, respectivamente. Otros calculan

la

fracción de eyección

del VD

ajustándola

a

las

insuficiencias

valvulares

y

cortocircuitos

residuales (estos pacientes aumentan el gasto cardíaco paramante-

ner un adecuado flujo pulmona

r 25 ),

observándose siempre mejoría

contráctil del VD

tras

la

interposición de una válvula pulmonar.

Nuestra

cirugía

de

recambio

valvular

pulmonar

aislado

tiene

resultados

óptimos,

sin mortalidad

hospitalaria.

Tampoco

falleció

ningún

paciente

portador

de

conducto

VD-AP

a

pesar

del

riesgo

asociado que

tienen por

su mayor número de operaciones previas.

Observamos

importantes

grados

de

dilatación

del

VD

que

preci-

saron

una

disección

laboriosa

de

sus

adherencias

con

canulación

periférica

previa,

prolongando

de

esta manera

los

tiempos

qui-

rúrgicos y

aumentando

el

riesgo de morbimortalidad hospitalaria.

Recomendamos

reoperar

a

estos

pacientes

porque mejoran

clíni-

camente

y

el

VD

se

reduce

tras

la

bioprótesis

pulmonar,

aunque

no

siempre mejore

su

contractilidad.

Consideramos

la

resonancia