478
Algunas DE, en especial la Acondroplasia, se presentan con una
disminución de la elasticidad de los tejidos peri articulares, que
pueden afectar en forma negativa el resultado de las osteoto-
mías de realineamiento o de alargamiento. Así es, como en estos
pacientes, al momento de realizar correcciones óseas se debe
alargar o liberar las partes blandas. Específicamente, para el
alargamiento de fémur, es fundamental seccionar el tracto ilio-
tibial. Para la corrección de la deformidad en varo de la tibia, es
recomendable descomprimir en nervio peroneo, y para alargar
la tibia, es necesario alargar el tendón de Aquiles (31-33).
c. Deformidades óseas
En la mayoría de las DE, las deformidades afectan ambas extremi-
dades superiores y/o inferiores, ya sea en forma simétrica o siendo
un lado más grave que el otro. Nuestra aproximación en estos
casos, es corregir en una primera etapa un lado, de manera de
permitirle al paciente usar la extremidad no operada para poder
cargar su peso asistido por bastones. Esto le da mayor indepen-
dencia al paciente, y facilita enormemente su rehabilitación y su
reintegración sus actividades. En una segunda etapa, y una vez
consolidados los huesos, se plantea la corrección de la otra extre-
midad. En la práctica, preferimos corregir simultáneamente fémur
y tibia cuando existen deformidades en ambos huesos (Figura 12).
d. Implantes
En la corrección de deformidades y alargamiento de huesos
largos, se debe tener cuidado al momento de elegir el implante
figura 12. RECONSTRUCCIÓN SECUENCIAL DE EXTREMIDADES INFERIORES EN RAQUITISMO FAMILIAR
HIPOFOSFEMICO
A) Aspecto clínico pre operatorio. Nótese el marcado Genu Varo. B) Durante la corrección. C) Al termino de la corrección de la extremidad inferior
derecha. D) Resultado final, luego de corrección bilateral.
Publicación autorizada por paciente.
a utilizar para la fijación ósea. En el arsenal ortopédico, existen
distintos tipos de fijación ósea, que incluyen placas, tornillos,
clavos intramedulares, fijadores externos circulares, fijadores
monolaterales, o combinaciones de éstos.
El implante ideal debiera ser aquel que brinde la fijación más
estable, utilizando la técnica menos invasiva, que le brinde
mayor comodidad al paciente y con la menor tasa de complica-
ciones. Desde el punto de vista biomecánico, los clavos intrame-
dulares presentan una ventaja, pues permiten una carga precoz
de la extremidad, se insertan a través de pequeñas incisiones,
y habitualmente no alteran en forma significativa la irrigación
del hueso, lo que se traduce en una consolidación más rápida.
Además, brindan una mayor comodidad al paciente (34-37)
(Figura 13). Sin embargo, no todos los pacientes pueden ser
candidatos a una fijación con este implante. En niños, al haber
cartílago de crecimiento activo en los extremos del hueso, existe
el riesgo de producir una lesión de éstos, que puede llevar a una
detención del crecimiento. En algunas DE con esclerosis ósea,
la inserción del clavo puede ser muy difícil, y en estos casos es
mejor recurrir a otros implantes.
En los últimos años, una nueva generación de clavos intrame-
dulares ha revolucionado el tratamiento de las deformidades
óseas asociadas a acortamiento del segmento. Se trata de clavos
expansibles, que requieren de abordajes mínimamente inva-
sivos, que tienen la ventaja de alargarse, permitiendo estirar los
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(4) 470-482]