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de estas drogas. Desde que la FDA recomendó estudios

de seguridad CV para los nuevos fármacos (45), se

iniciaron los estudios SAVOR-TIMI (saxagliptina), EXAMINE

(alogliptina), CARMELINA NCT01897532 (linagliptina), y

TECOS (sitagliptina) comparando cada IDPP-4 vs placebo

y el estudio CAROLINA NCT01243424 (linagliptina) con

glimepirida como comparador activo. A la fecha, tres

estudios han publicado sus resultados. El estudio SAVOR-

TIMI (85) que incluyó pacientes con ECV establecida o

con múltiples factores de riesgo CV, el EXAMINE (86) que

estudió pacientes con síndrome coronario agudo reciente

y el TECOS (87) en pacientes con ECV establecida. Los tres

estudios muestran de manera concluyente no inferioridad

frente a placebo sobre eventos CV mayores (mortalidad

por causa CV, IAM no fatal y ACV no fatal). Si bien no

hay aumento de riesgo, tampoco existen beneficios CV

asociados a su uso. SAXA mostró un incremento de riesgo

significativo de hospitalización por insuficiencia cardíaca

(IC) en comparación a placebo, (3,5% vs 2,8%;HR 1.27),

aunque sin aumento de la mortalidad (85). Posteriormente

se demostró que el riesgo de IC fue más evidente durante

los primeros 12 meses de terapia y mayor en los pacientes

con condiciones de riesgo de IC, es decir, con antecedentes

previos de falla cardíaca, niveles basales elevados de

péptido natriurético (proBNP) o con enfermedad renal

crónica (89). Por otra parte, un análisis post hoc un del

EXAMINE mostró una mayor tendencia NS de IC con ALO vs

placebo (3,1 vs 2,9% HR 1,07, 95% CI 0,79-1,46), pero sin

aumento de hospitalizaciones aún en pacientes con falla

preexistente (90). En el estudio TECOS (87) la incidencia

de IC con SITA fue idéntica a placebo (3,1%). Actualmente

no hay explicaciones para el aumento de la incidencia de

IC observada en el estudio SAVOR-TIMI (61).

Uso de IDPP-4 en situaciones especiales

Insuficiencia renal (IR).

Todos los IDPP-4 pueden utilizarse

en pacientes con IR (58, 61). LINA, al no eliminarse por vía

renal, es segura en cualquier etapa de falla y no necesita

ajuste de dosis. No así las otras gliptinas, que requieren

disminución de la dosis, especialmente SITA y ALO (Tabla 6).

Cabe mencionar que las reducciones de dosis se basan

fundamentalmente en la farmacocinética. Basados en su

mecanismo de acción es poco probable que ocurran efectos

adversos, ya que el inhibidor en sí no tiene efectos directos

sobre la homeostasis de la glucosa. Más bien, los efectos

serían secundarios a la inhibición de la DPP-4, pero, como en

dosis terapéuticas la enzima es inhibida al máximo, cualquier

aumento de la exposición a la droga no tiene mayor efecto

(61). De hecho, una serie de análisis de seguridad y grandes

ensayos clínicos en pacientes con DM2 con daño renal en

etapa terminal y diálisis, indican que los IDPP-4 son bien

tolerados (91).

Insuficiencia hepática (IH).

La mayoría de estos fármacos

pueden usarse en dosis terapéutica en pacientes con IH

leve a moderada (58). Aunque SAXA se metaboliza en el

hígado, en casos de falla hepática aumenta solo ligeramente

la exposición a la droga, lo que probablemente se debe a

eliminación renal (92). También, aunque la vía de eliminación

de LINA es biliar, la IH no aumenta la exposición a la droga

de forma clínicamente significativa. Se ha sugerido que

la vía biliar de excreción es independiente de la función

de metabolización hepática, y que bastaría con tener una

función hepática mínima para mantener la eliminación

de LINA y prevenir su acumulación (93). Se ha informado

una asociación entre uso de VILDA y aumento de enzimas

hepáticas, pero esto no parece estar asociado a efectos

adversos hepáticos. Sin embargo, VILDA está contraindicada

en pacientes con cualquier grado de IH, incluyendo enzimas

hepáticas elevadas pretratamiento (61) (Tabla 6).

Adulto mayor (AM).

Estudios clínicos efectuados con

distintos IDPP-4 en AM

>

65 y

>

75 años coinciden en

demostrar seguridad y eficacia tanto en monoterapia como

en terapia asociada a otros agentes orales o insulina (94-97).

Por su parte en el importante subgrupo de AM del estudio

SAVOR–TIMI se demostró seguridad CV, aunque también con

un mayor riesgo de hospitalizaciones por IC (99).

Los IDPP-4 han sido ampliamente aceptados en la práctica

clínica, con un incremento progresivo en su uso (100)

debido a su seguridad, bajo riesgo de hipoglicemia, efectos

neutros en el peso, fácil dosificación y administración oral.

Su uso es especialmente ventajoso en las poblaciones más

frágiles, como adultos mayores y pacientes con insuficiencia

renal o mayor riesgo de hipoglicemia. Estos fármacos están

incorporados en las diferentes guías clínicas en primera línea

de terapia si hay contraindicación a MF, en asociación a MF

o en triple terapia.

II. INHIBIDORES DEL COTRANSPORTADOR DE SODIO-

GLUCOSA TIPO 2 (ISLGT2)

La participación del riñón en la homeostasis de la glucosa

fue descrita por primera vez en 1930 (101). Sin embargo,

a pesar de la gran cantidad de evidencia acumulada en los

años siguientes, no se le dio mayor importancia hasta que

se conoció que alteraciones en mecanismos renales de

regulación de la glucosa estaban involucradas en la patogenia

de la DM2. Así, este órgano se transformó en centro de

investigación como otro objetivo terapéutico para el manejo

de la hiperglicemia, dando origen a los fármacos inhibidores

del transportador Na + −glucosa Tipo 2 (ISLGT2), que reducen

los niveles glicémicos al aumentar la excreción renal de

glucosa en forma independiente de la insulina (101, 102).

[Nuevos fármacos en Diabetes Mellitus - Dra. Carmen Gloria Aylwin H.]