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3. CAUSAS VASCULARES

Son casi exclusivas de los adultos mayores dado la elevada

prevalencia de aterosclerosis, fibrilación auricular, hiper-

tensión arterial y enfermedad vascular periférica. A pesar

de que la incidencia es baja la mortalidad es elevada.

a. Isquemia mesentérica

A pesar de que es una causa rara de dolor abdominal, es

de difícil diagnóstico y tiene una alta mortalidad entre 60

a 90% (41-43). Esta se asocia directamente al tiempo que

transcurre entre la presentación y la resolución quirúr-

gica.

80% de las isquemias mesentéricas son agudas. Puede ser

oclusiva o no oclusiva. Siendo la primera la más frecuente.

La oclusión puede ocurrir en el sistema arterial 75% o

venoso 8%. El 17% corresponde a isquemias mesentéricas

no oclusivas.

La oclusión arterial puede deberse a una embolia o trom-

bosis intra-arterial. La mayoría de las embolias se alojan

en la arteria mesentérica superior dado su orientación casi

paralela a la aorta.

La isquemia mesentérica secundaria a trombosis intra-

arterial ocurre en pacientes con enfermedad ateroscle-

rótica por lo que generalmente tienen historia previa de

malestar abdominal post-prandial (angina intestinal) y

pérdida de peso.

La isquemia mesentérica no oclusiva se produce por vaso-

constricción en respuesta a deshidratación, hipovolemia,

hipotensión en combinación con un estado de hipo flujo

como es la insuficiencia cardiaca.

La trombosis venosa mesentérica es la menos frecuente,

pero más letal. Dentro de los factores de riesgo se encuen-

tran estados de hipercoagulabilidad, hipertensión portal,

trombosis de la vena porta, historia de cirugía o trauma

abdominal previo.

Clásicamente la isquemia mesentérica se presenta con

un dolor abdominal desproporcionado para los hallazgos

del examen físico, asociado a nauseas, vómitos y diarrea.

En la etapa precoz el abdomen es blando no doloroso,

pero cuando la isquemia evoluciona a infarto aparecen

los signos peritoneales. Solo un tercio de los pacientes se

presentan con la triada clásica de dolor abdominal, fiebre y

deposiciones con sangre. Dentro de los exámenes de labo-

ratorios pueden encontrarse leucocitosis, acidosis meta-

bólica, elevación de lactato, hiperamilasemia y elevación

de dímero D. Es importante tener presente que ningún

examen de laboratorio tiene la sensibilidad suficiente para

poder hacer el diagnóstico en forma aislada y la ausencia

de alteraciones en éstos no excluye el diagnóstico.

El angiotac de abdomen y pelvis es el estudio de elección

para isquemia mesentérica con una sensibilidad de 93 a

96% y una especificidad 94 a 100%.

El tratamiento inicial es reanimación con volumen y si no

hay respuesta iniciar vasopresores.

En el caso de embolia arterial o isquemia no oclusiva

se debe anticoagular e iniciar antibióticos de amplio

espectro. Si hay signos de irritación peritoneal o eviden-

cias de perforación la resolución debe ser quirúrgica inme-

diata.

b. Aneurisma Aórtico Abdominal Roto (AAA)

Se trata de una catástrofe vascular, con una mortalidad

pre-hospitalaria de 50% y de los que alcanzan a llegar al

hospital esta sigue extremadamente elevada 80-90%.

Dentro de los factores de riesgo para desarrollar AAA

se encuentran: edad mayor 60 años, tabaquismo, sexo

masculino, raza blanca, historia familiar de AAA, ateroscle-

rosis y enfermedad de tejido conectivo (44).

El diámetro es el predictor más importante de ruptura.

Con un aneurisma de 3cm el riesgo anual de ruptura es

de 0.2 a 0.4 %; con diámetro de 4cm de 0.8 a 1.1%. Se

debe sospechar el diagnóstico de un AAA roto en cualquier

paciente con síncope o hipotensión asociado a dolor abdo-

minal y/o lumbar. La triada clásica de hipotensión, masa

pulsátil y dolor abdominal o lumbar es diagnóstica aunque

solo se presenta en el 30 a 50% de los AAA rotos (45). La

hipotensión está ausente en el 65% de los casos ya que

se produce un taponamiento en el espacio retroperitoneal

conteniendo el sangrado activo (46).

El error diagnóstico más común es con un cólico renal

(47,48). Los pacientes con AAA roto se presentan con dolor

lumbar irradiado a la ingle, asociado a hematuria micros-

cópica por la irritación generada por el aneurisma sobre el

uréter. Es por esto que a todo paciente adulto mayor en el

cual se sospecha el primer episodio de cólico ureteral es

prudente tomar una imagen que visualice la aorta siendo

el Pielo-TAC el estudio de elección. Logra evaluar el calibre

de la aorta y hacer el diagnóstico diferencial con litiasis de

las vías urinarias.

Otro error diagnóstico frecuente es con lumbago o lumbo-

ciática, ya que el AAA puede presentarse como neuropatía

de extremidades inferiores con o sin disestesias causadas

por la isquemia, asociadas al dolor lumbar.

[DOLOR ABDOMINAL AGUDO EN EL ADULTO MAYOR - Dra. Rocío Treuer]